Donald Trump no es el único que defiende a capa y espada que le han robado las elecciones en Estados Unidos. El eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch, se ha sumado a las teorías de las conspiración a través de un artículo de opinión publicado en La Gaceta en el que atribuye la victoria de Joe Biden a un plan perfectamente ideado y ejecutado por el marxismo.

“Me van a perdonar, pero sí, soy de los que creen que le han robado las elecciones a Donald Trump”, arranca la columna, que añade que “creo sinceramente que desde hace mucho tiempo se había tomado la decisión de que no se podía dejar al buen albur, es decir, al electorado, el resultado de 2020 por miedo a que Trump, pese al mucho humo y ruido generado, repitiera la victoria de 2016”.

A su juicio, la maniobra, urdida ya en 2016 tras la victoria Trump se activó en el momento en que Florida y Texas cayeron en manos del aún presidente: “Saltó la alarma y entró en funcionamiento un plan preparado ya meses cuando no años antes. Y que son la causa de los masivos llamamientos al voto por correo cuyo aumento cubriría bien, con su absurda y siempre distinta regulación, las alegrías operativas preparadas en los puntos de recuento en estos estados frágiles. Las leyes electorales tienen todas el denominador común de invitar literalmente al fraude”.

“Será presidente Joe Biden, un manso, corrupto y rijoso personaje que ha flotado confortablemente durante casi medio siglo en ‘la pomada política’ de Washington”, lamenta el eurodiputado ultra.

Según dice, “el sistema de poder en Washington, es decir ese ‘lodazal’ o ‘pantano' que Trump prometió drenar y que es el que intenta destruirle a él desde 2016, está ya en poder de las elites surgidas de las universidades neomarxistas que son ya casi todas también en EEUU”.

“Es la realización del sueño de Gramsci, aquel comunista italiano que marcó el camino de la penetración cultural de las sociedades capitalistas desarrolladas como la forma más eficaz y consistente de la toma de poder comunista”, insiste.

En consecuencia, “estamos ante la confirmación del éxito de ese proyecto filosófico, político y social que fracasó en sus formas más violentas bolcheviques” pero que “que se va imponiendo en todo el mundo”.