Se previa choque y lo hubo. PSOE y Unidas Podemos confrontaron durante la comisión de Igualdad celebrada este miércoles a cuenta del dictamen de la ley de garantía integral de la libertad sexual, más conocida como ley del solo sí es sí. Es un secreto a voces que socialistas y morados conciben el feminismo a su manera, dos corrientes distintas que discrepan, por ejemplo, en lo relativo a la prostitución. Los primeros apuestan por abolirla y endurecer el proxenetismo y la tercería locativa, mientras los segundos, no. La pugna fue tal que el articulado, uno de los buques insignia de Irene Montero, peligró por una suerte de pinza PSOE-PP para integrar una enmienda sobre la prostitución que sacaba del acuerdo a los socios y el texto quedaría condenado al fracaso. Con este escenario como telón de fondo, la cara de Carmen Calvo, presidenta de la comisión de Igualdad, era un poema.

Su hartazgo era patente. Todos los grupos parlamentarios reprochaban al Grupo Socialista su actitud y, finalmente, tuvieron que recular y anunciaron la presentación de una Proposición de Ley para abolir la prostitución para salvar la ley del solo sí es sí. Sin embargo, este gesto no ha calmado los ánimos.

En no pocas ocasiones ha tenido que intervenir en el debate para acallar el murmullo generalizado y permitir que los intervinientes expresaran sus posturas sin ser interrumpidos por un ruido atronador. El cariz era tal que cuando su compañera de bancada, Laura Berja, estaba en su uso de palabra, se ha visto obligada a intervenir con una frase que se ha hecho viral: “Señora Berja, señora Berja... "Voy a hacer un receso para aprender arameo ya ver si en arameo acabamos el debate con el respeto que debemos todos y el que debemos a los ciudadanos que representamos, si nos ven que ni siquiera somos capaces de escucharnos con el silencio que cada interviniente se merece”.

“Es la última vez que voy a llamar al silencio esta tarde”, ha rematado antes de quedarse callada con gesto muy serio y mirando a sus señorías.