Las pesquisas de Ignacio González por descubrir cómo funcionaba el “montaje” de su supuesta cuenta en Suiza está perfectamente registrado en las escuchas de la Guardia Civil en la Operación Lezo. Hasta ahora, le habíamos escuchado señalar a los urdidores, los motivos, y también el método, pero faltaba un detalle: quién se había quedado con el dinero. Pero González también tiene respuesta para eso: Adrián de la Joya, Javier López Madrid, Francisco Granados y el comisario Villarejo.

Al menos así se lo relata a Luis Vicente Moro, ex delegado del Gobierno en Ceuta con José María Aznar, durante una de sus conversaciones en el despacho de la calle Alcalá. Villar Mir no sólo habría ingresado 1,4 millones de euros en una cuenta en Suiza, como comisión por la obra del tren de Móstoles a Navalcarnero, sino que además la transferencia habría salido de las cuentas de la empresa OHL en México.

Desde México, se inicia un “circuito” para mover el dinero al país helvético, pero, como se pregunta González: “¿Quién está en esa cuenta de Suiza?”. El mismo se da la respuesta: “Yo me sospecho que ahí uno de los que estaba es el famoso, ¿te suena?, Adrián de la Joya”.



Pero las sospechas no se quedan ahí, porque “es evidente que [hay] alguien más”, le dice a Moro. “Lo que decían en su momento es que ahí también quien estaba y se cobraba parte de esa comisión era el propio López Madrid”, dice González, señalando al yerno de Villar Mir. Es decir, López Madrid habría hecho que su suegro le pagase una comisión al tiempo que le hacía creer que era para Ignacio González. Cabe recordar que, en las mismas grabaciones, el expresidente madrileño asegura que López Madrid le habría confesado que “yo ya sé que tú no te llevaste el dinero”.

Pero la cosa no termina ahí y al estilo de las muñecas rusas siguen saliendo personajes. Moro le pregunta a González si Granados se ha llevado parte de ese dinero, a lo que el expresidente calla de antemano, pero después dice: “A través de López Madrid seguro”.

Y no se vayan todavía porque hay más sospechosos habituales. “Pero estoy seguro que Adrián de la Joya es socio e íntimo amigo de Villarejo”, dice González, señalando al controvertido comisario. “Luego ahí están todos metidos, por eso se ha tapado todo”, dice y señala que “esto no se lo he contado a nadie, porque es un tema jodido, es muy delicado”.

La obsesión de González, en cualquier caso, es vengarse de Villar Mir: “Si yo pudiera cogerle por las pelotas al hijo puta de Villar Mir y decirle mira, aquí tengo el circuito y lo que hiciste hijo puta, tú has pagado esto, esto, esto... y además tal... y ya no te quiero contar si sabemos quiénes son los destinatarios de la pasta”.  Todo con un objetivo final en el que González y Moro coinciden con regocijo: “Le jodemos la compañía”.