PSOE y Unidas Podemos se juegan reeditar el Gobierno de coalición. Durante el parón estival, ambas formaciones han rediseñado sus respectivas estrategias para afrontar el año y medio que resta hasta las elecciones generales. La hoja de ruta coincide: mayor cercanía con la ciudadanía y profundizar en la protección social de las familias más vulnerables. En otras palabras, impactar directamente en el bolsillo y hacer más llevadero el final de mes ante un escenario económico marcado por la inflación. ¿Cómo? Al margen de las campañas de cada uno, socialistas y morados pretenden impulsar la agenda legislativa: ley de Vivienda, un plan de contingencia para complementar el decreto de ahorro energético, la subida de Salario Mínimo, la ley de Familias… Un paquete cuyo principal sostén serán los Presupuestos Generales del Estado 2023. Exista una voluntad inequívoca de aprobar unas cuentas con la mayor inversión social en la historia de España en tiempo y forma; pero hay un problema: el gasto en Defensa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asumió el compromiso de elevar progresivamente la inversión en Defensa hasta llegar al 2% del PIB. Los Presupuestos del próximo curso serán los primeros que deberán reflejar el incremento. He aquí el problema. Las reuniones entre PSOE y Unidas Podemos comenzaron en julio y, tras intercambiar impresiones, han comenzado los choques y el cruce de declaraciones.

La ministra de Trabajo y comandante de la acción de los morados en el Gobierno, Yolanda Díaz, prendió la mecha de la polémica al deslizar que el techo de gasto negociado y pactado no contemplaba el aumento del gasto militar. Unas horas después, la portavoz de Ferraz, Pilar Alegría, evitó entrar al trapo. No aclaró cómo conviven las declaraciones de Díaz con el compromiso de Sánchez pese a la insistencia de la prensa. Hasta en cuatro ocasiones fue preguntada y en todas ellas se limitó a decir que “estamos trabajando”, que “será un Presupuesto para proteger a la mayoría social” y que el Ejecutivo apuesta por “la negociación y el acuerdo”. Nada concreto sobre Defensa. No fue hasta la quinta pregunta cuando dejó entrever que el compromiso seguía vigente.

Este martes las posiciones han quedado mucho más claras, pero el agua, más revuelta. La vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha garantizado que “el presidente Sánchez cumple sus compromisos”. A la misma hora, Irene Montero, ministra de Igualdad, respondía a la misma pregunta en otra cadena de radio. A su juicio, el Gobierno debería destinar todos los recursos disponibles a “proteger a las familias” porque “con esta guerra solo gana la industria armamentística”. Opiniones no ya dispares, sino diametralmente opuestas.

Avanzada la mañana, pasadas las 13:00 horas, la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, fue preguntada al respecto durante la comparecencia tras el Consejo de Ministros y certificó lo dicho por Calviño. “Se refería al techo de gasto (Díaz), no a los Presupuestos. Serán de nuevo unos Presupuestos sociales para que esta crisis no la paguen los de siempre. España es un país fiable y tenemos unos compromisos en el seno europeo y de la OTAN que vamos a cumplir y respetar", zanjó.

Fuentes socialistas consultadas por ElPlural.com atribuyen las palabras de Díaz a un deseo de “presionar” y “enredar”, puesto que sabe que el techo de gasto únicamente fija lo que se puede gastar, no el destino final de los fondos. Las partidas habrán de negociarse en el marco de las cuentas de 2023. Y, aún con esta importante piedra a salvar, son optimistas: “Habrá Presupuestos”.