Mingorrubio es el cementerio de El Pardo y el lugar con un mayor número de personalidades franquistas por metro cuadrado.

Allí descansan ilustres personajes del régimen como la esposa del dictador Carmen Polo, los expresidentes del gobierno Arias Navarro o Carrero Blanco, ministros como Pablo Martín Alonso o Demetrio Carceller, los fieles militares Francisco Franco Salgado-Araujo o Carlos Iniesta Cano, empresarios de la construcción como José Banús o Luis Gutiérrez Soto, los intelectuales Joaquín Calvo Sotelo, Antonio Romeu de Armas o José María Jover Zamora, y los que fueron empresarios del régimen Echeverría Canales (Iberpapel y Viscofan), la alianza familiar Pemán-Domecq, los Fernández de Villavicencio Eleta, y los Kindelán García Monzón, del Grupo Recoletos.

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A ellos hay que añadir al dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. Llama la atención el estado de total abandono de los sepulcros de estas importantes personalidades de la antigua España fascista.

Mingorrubio, destino seguro

Pese a que su hija Carmen declaró que Francisco Franco deseaba descansar aquí, Francis Franco, nieto del dictador, descartaba recientemente la opción de llevar a este cementerio los restos de su abuelo alegando motivos de seguridad.

Sin embargo, este sigue siendo el destino más probable de los restos ya que cumple con los principales requisitos. Al ser un cementerio de altos cargos franquistas, no se espera la oposición de los familiares; la familia ya cuenta con un espacio allí y, aunque cada 20 minutos pasa un autobús, se encuentra alejado de centros urbanos.

¿Problemas de seguridad?

También, pese a la afirmación del nieto, este cementerio está altamente vigilado. El Pardo se encuentra a apenas a seis kilómetros de La Zarzuela, residencia de la Casa Real. Además, este cementerio cuenta con vigilantes de seguridad las 24 horas y un cuartel de la Guardia Civil a apenas unos metros.

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La inminente exhumación ya ha generado expectativas en el cementerio a la espera del nuevo inquilino. En la puerta del mausoleo han aparecido cristos y estampitas religiosas. Un puesto de venta de flores también ha comenzado a hacer negocio recientemente, a la espera de los seguidores del dictador.

Un mausoleo de lujo subvencionado

En la cripta, junto al sepulcro de La collares, hay otra tumba reservada para su esposo, que nunca llegó a afirmar su intención de terminar sus días en el Valle de los Caídos. De hecho, a diferencia del Valle, aquí no encontramos decoración fascista o franquista.

Se trata de un enorme mausoleo, de 15 metros de altura y hecho de granito, mármol, bronce, hierro forjado, con capilla de mármol en el interior y 6 bancos.

En la fachada principal se encuentra un lujoso forjado cubierto de polvo realizado por los más importantes artistas españoles de la época, tales como José Espinós y Santiago Padrós, y que cuenta con distintos elementos religiosos decorativos que actualmente están invadidos por telarañas. Cabe señalar un cuchillo carnicero en el forjado del que no se conoce su significado.

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Carmen Polo aseguró que no le gustaba este panteón por ser demasiado lujoso. El Ayuntamiento de Madrid que se encargó de financiar los 11 millones y medio de pesetas que costó y, aún hoy, sigue encargándose del mantenimiento de la capilla y cripta privada de los Franco. Esto se debe a un acuerdo perpetuo, en el que se establece un canon que el consistorio debe abonar anualmente, firmado entre Patrimonio Nacional y el Ayuntamiento cuando Arias Navarro era alcalde de la villa y corte.

Por tanto, si finalmente el dictador descansa en El Pardo, será el gobierno municipal de Manuela Carmena el que se encargue de su seguridad.