El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se ha vuelto a poner de perfil ante las presiones a las que está siendo sometido por parte de Ciudadanos y Vox para presentar una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y es que el líder popular quiere evitar repetir la debacle que ya protagonizó Santiago Abascal el pasado 2020 con su moción fallida y reforzar así la imagen del Ejecutivo de coalición. Todo porque sabe que ni sumando las tres formaciones contarían con los apoyos necesarios para sacarla adelante.

"Frenar los pies a Sánchez"

Este viernes, el dirigente ultraderechista y la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, han vuelto a instar al presidente popular a presentar de forma conjunta -o en su defecto secundar la que se plantee- una moción de censura tras conocer los detalles de la reforma del Poder Judicial para desbloquear la elección de los miembros del Tribunal Constitucional, así como de la eliminación de la sedición en favor de la creación de un delito de "enriquecimiento ilícito".

"Ha llegado el momento de presentar una nueva moción de censura", ha afirmado Abascal a través de un vídeo publicado en la cuenta oficial del partido en Twitter en el que ha explicado que la formación va a iniciar una ronda de negociación para buscar a un candidato que sea "neutral, con experiencia de gobierno, que no milite en partido político alguno y se comprometa a convocar elecciones inmediatas".

"Nueve de diciembre de 2022, el señor Sánchez ha iniciado un nuevo ataque a la Constitución y los principios más elementales del Estado de Derecho", ha asegurado antes de criticar que la reforma que prepara el Ejecutivo "ultima el asalto al Poder Judicial, liquidando los últimos vestigios de la separación de poderes en España y amenazando directamente los derechos y libertades de todos los españoles".

En la misma línea se ha manifestado también la presidenta naranja, que se encuentra en plena guerra interna para dirigir la organización. "Es un mecanismo que estropea el plan de Sánchez. Es una manera digna y democrática de frenarle los pies y de que tenga que dar la cara", ha dicho al respecto de este procedimiento tras volver a pedir "expresamente" a Feijóo que dé un paso adelante para "pararle los pies" a Sánchez.

Además, Arrimadas ha desvelado que se telefoneó directamente con Abascal para preguntarle qué le parecía la idea de presentar una moción de censura contra Sánchez. Una conversación en la que ambos coincidieron en la conclusión: "Es el PP quien tiene que dar el paso". La liberal insiste en que la moción aproximaría la "infamia" de la sedición a la cita electoral, utilizando contra el jefe del Ejecutivo el arma que "más le duele: los votos". Y todo "sea cual sea el resultado".

Y es que los tres partidos de la bancada de la derecha han hecho cuentas y saben que no le dan los números. Este es precisamente el argumento principal que durante el último cara a cara con el presidente nacional en el Senado llevó al dirigente popular a rechazar llevar a cabo este procedimiento parlamentario a pesar de los continuos emplazamientos de Ciudadanos y Vox para exigir que el líder del Ejecutivo "no se escape por la gatera".

Feijóo quiere evitar repetir la moción fallida de Vox

"Ojalá pudiéramos hacerle una moción de censura", afirmó en su intervención el pasado 22 de noviembre en la Cámara Alta. "Señoría, con 350 diputados la mayoría le debe obediencia debida, y la otra está encantada con usted", aseguró antes de puntualizar que "esto no quiere decir que no vaya a hacerse". "La moción de censura se hará y se hará el 28 de mayo, pero no en una urna en el Congreso, sino en miles de urnas en todos los ayuntamientos de España", ha dicho en referencia a las elecciones municipales y autonómicas que están previstas para el próximo mayo.

Así, Feijóo ha decidido seguir de perfil ante esta proposición ya que quiere evitar a toda costa la imagen que ya permitió Abascal el 22 de octubre de 2020, cuando Vox se llevó 298 noes en su moción fallida y el Ejecutivo salió fortalecido. El líder del PP sabe que no le basta con los de su formación, los liberales y la extrema derecha para que salga adelante la votación, por lo que -aunque no ha hecho nuevas declaraciones- prefiere dar un paso al lado.