Repetir una mentira hasta que se convierta en verdad. Esta es la máxima expresión de la política que lleva a cabo Vox desde que está en las instituciones. Da igual hacia dónde se mire: feminismo, colectivo LGTBI o, su favorita: la inmigración.

Poco le ha importado a Santiago Abascal que el asesinato perpetrado el pasado lunes contra la dueña de una tienda de Tirso de Molina (Madrid) no fuera autoría de una persona magrebí -como algunos medios y sectores reaccionarios habían dado por hecho- sino española, pues él ya había difundido un bulo que se ha quedado en la redes sociales calando en la sociedad aún después de ser desmentido.

La reiterada “equivocación” de Abascal

Sobre esto le preguntó la pasada noche el presentador de Informativos Telecinco, Pedro Piqueras. Pero para el líder de la formación ultraderechista sus palabras obedecen a una “equivocación” y el ‘problema’ sigue existiendo. O al menos, eso hace creer a quienes le ven, leen y/o escuchan.

Así las cosas, Abascal apeló por enésima vez a cfiras desfasadas y limitó su respuesta al periodista a hablar de equivocación, dejando claro, eso sí, que ésta no interfiere en la opinión de su partido sobre la inmigración, pues mantiene que el dato de violaciones realizadas por extranjeros es “muy claro” y que “hay muchos españoles desfavorecidos” y “sin recursos” que no se convierten en delincuentes. A renglón seguido, censuraba la “necesidad de traer inmigración para pagara las pensiones” por el “problema de la natalidad que tiene en España”, un argumentario que fácilmente desmontan los sociólogos.

Y no solo el portavoz ultraderechista da rienda suelta a este discurso, sino cualquiera desde las filas de Vox. Basta con pasarse por los perfiles del portavoz del partido en Cataluña, Ignacio Garriga, quien asumía después del asesinato de Tirso que “Francia no es una excepción, sino un testigo aventajado de lo que será Europa si no se pone freno a la inmigración descontrolada e inadaptada” u el de otras personas de la burbuja que afean las políticas “de puertas abiertas” que, dicen, “afectan a los españoles de a pie”.

Pero no es la primera vez que Vox hace esto -aupado y respaldado, por qué no subrayarlo, por las élites mediáticas-. Es más, en las últimas semanas el modus operandi ha sido el mismo para criticar las revueltas que están teniendo lugar en Francia por el asesinato de un joven a manos de la policía. Los bulos y el afán por relacionar migración con delincuencia alcanzan tales niveles que algunas cuentas han subido la imagen de un francotirador que supuestamente forma parte de estas revueltas, pero que en realidad circulaba por internet mucho antes del estallido de las mismas.

Antecedentes

A nadie extraña a estas alturas que la extrema derecha relacione inmigración con delincuencia. Otro ejemplo claro de ello se encuentra en el asesinato de un sacristán perpetrado en Algeciras a principios de año.

Poco tardó el líder de Vox en arremeter contra la inmigración ilegal y contra el Gobierno, a pesar de que el hecho no tenía nada que ver con ello sino con un terrorismo cuyas víctimas más inmediatas se encuentran precisamente en la comunidad islámica. El alegato del político fue desmentido incluso por el PP, ahora socio de Gobierno en varias comunidades autónomas y muchos ayuntamientos.

 

Desokupa y el peligro deslegitimar la democracia

Otros de los grandes bulos vertidos por la derecha y la ultraderecha es el que tiene que ver con la okupación. Está relacionado con el asunto migratorio, pero ha aflorado más si cabe en los últimos días a raíz de la lona desplegada por el grupo ultra Desokupa en Atocha con la que su líder, Daniel Esteve, amenazaba con echar a Pedro Sánchez de La Moncloa, apelando a fines no precisamente democráticos.

ElPlural.com rescató horas después un vídeo en el que el mismo portavoz de la organización llamaba a “limpiar” España y emplazaba a armar al Ejército y a la Policía, así como al cierre de fronteras “de una puta vez”. “Si no nos veremos en la calle, pero yo no pondré una velita. Si vienes a por mí, yo iré a por ti”, añadía amenazando al Ejecutivo en un vídeo que contenía entre otras joyas que “Bukele a su lado iba a ser papá pitufo” en el Ministerio del Interior.

El discurso que durante estos días se ha hecho viral viene a colación de las líneas redactadas previamente, pues precisamente Vox es experto en desprestigiar las instituciones y los procesos democráticos. Y ya se sabe las consecuencias que esto ha tenido en otros países como Estados Unidos o Brasil, donde simpatizantes de Donald Trump o Jair Bolsonaro -aliados de los de Abascal en el mundo- quisieron derrocar por la fuerza a los gobernantes legítimamente escogidos.