El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado este jueves su barómetro mensual de junio. Entre sus 27 preguntas, el organismo presidido por José Félix Tezanos incluye la clásica sección dedicada a los principales problemas que los españoles consideran que afectan a España y, por separado, sufren ellos en sus propias carnes. Tan solo una de las respuestas, en segundo lugar en una y en tercero en la otra, aparece en el pódium de las dos cuestiones derivadas: la vivienda.
El precio disparado de los alquileres, que siguen subiendo mes tras mes y hacen casi imposible el acceso para una familia trabajadora de un núcleo urbano, y los tipos disparados de las hipotecas han conseguido homogeneizar a casi toda la población española en torno al mismo problema. La falta de actuación de las comunidades autónomas, que evitan implementar la ley nacional de Vivienda y prefieren dejarse ir al albur liberal del mercado, completa el cóctel que a miles de hogares se les indigesta cada fin de mes.
Este problema está estrechamente relacionado con los bajos salarios que se pagan en España, donde la mitad de los trabajadores cobra menos de 1.550 euros al mes -la mediana se sitúa en los 1.545-. Es más, la crisis económica y los problemas derivados del poder adquisitivo son el principal escollo señalado por la ciudadanía al ser preguntada por el problema que más le afecta. El 26% del total de respuestas se las lleva esta variable, por delante del 17,1% que señala la vivienda, en tercera posición.
La plata en esta negativa clasificación se la lleva la Sanidad, que ha recibido el 23,1% de las respuestas. El top diez de los peores problemas lo completan los relacionados con la calidad del empleo (cuarto), el paro (quinto), la educación (sexto), los referidos a la política en general (séptimo), las desigualdades -incluida la de género-, las diferencias de clases y la pobreza (octavo), los de índole social (noveno) y los relacionados con la juventud y su falta de apoyos (décimo).
De entre tantos, uno escala muchas posiciones si la pregunta sobre los principales problemas pasa de lo personal a la totalidad del país. El paro es la tercera de las problemáticas señaladas, con un 19,6%, por detrás de la vivienda (21,2%) y los problemas políticos en general, que aparecen en primera posición con el 23%. Entre los diez primeros aparecen muchos de los anteriormente citados, pero destaca la incursión de “la inmigración”, como problema número nueve (11,2%), y la “crisis de valores”, justo a continuación con el 10,7%.
Identificación de clase
Los problemas mencionados son de una marcada índole económica y las preguntas sobre ingresos de la unidad familiar evidencian la situación del país. El 15% de los hogares, con una media de dos personas y media según el INE, asegura contar con menos de 1.100 euros netos al mes. El 24% se ubica por debajo de los 1.800 y el 21,5% de los 2.700. Así, atendiendo a la media de 2,5 personas por hogar, el 60,5% asegura contar con menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) por miembro de la unidad familiar. Tan solo el 7,1% asegura superar los 5.000 euros limpios al mes.
Sin embargo, pese a esta clara delimitación económica, el 42,9% asegura sentirse “clase media”, evidenciando que ha calado el discurso que pronunciaba esta misma semana María Jesús Montero, vicepresidenta y ministra de Hacienda, en el Congreso de los Diputados: “Clase media son todos los ciudadanos que cobran el SMI”. El 15,7% se define como “clase baja” y el 3,2% como “clase pobre”. Además, el desarraigo de clase y el trabajo discursivo de décadas ha propiciado que tan solo un 11,8% se identifique como “clase trabajadora” o “clase obrera”.