Susana Gisbert es fiscal especializada en Violencia de Género, así como delegada de Memoria Democrática y Delitos de Odio. En las últimas semanas, los actos violentos relacionados con los delitos de odio, así como la actitud proactiva del PP de Jumilla con el discurso racista de Vox, llenan los espacios televisivos, así como las portadas de los medios escritos. Es por eso que ElPlural.com ha decidido hablar con Gisbert, una experta, para que nos pueda arrojar un poco de luz sobre estas tinieblas cargadas de racismo que estamos viviendo. 

Pregunta: En las últimas semanas hemos vivido dos episodios indecentes de racismo, primero en Torre Pacheco y ahora en Jumilla. ¿Estamos viviendo un auge de la extrema derecha?

Respuesta: Lo que estamos viviendo, sin duda, es un auge del racismo y la xenofobia y, lo que es más peligroso, un convencimiento por parte de un sector de que estas actitudes están justificadas. No podemos negar que determinados mensajes de grupos de extrema derecha, y de “influencers” vinculados a este tipo de ideología tienen mucho que ver. Sin esos mensajes no tendrían lugar esos hechos.

P: ¿Están aumentando los delitos de odio relativos a las creencias religiosas?

R: Es difícil decirlo porque es difícil que la discriminación por causa de religión exista aisladamente. Normalmente, va entremezclada con otras causas de discriminación, como el racismo y la xenofobia. Es lo que ocurre con la islamofobia, y también con el antisemitismo. Y es un dato incontestable que el racismo y la xenofobia son las causas más frecuentes de delitos de odio.

P: Cada vez hay personas más jóvenes que justifican las ideas de extrema derecha. ¿A qué lo achaca?

R: Creo que es un mezcla de dos factores, si no más. De un lado, los mensajes de los llamados “creadores de contenido”, y de partidos y grupos que defienden estas tesis; de otra, una cierta “relajación social” que veníamos teniendo desde hace tiempo y nos ha pasado factura. Creo que hemos bajado la guardia demasiado, que pensábamos que con una legislación que defiende la igualdad estaba todo hecho, pero la igualdad no admite descanso, se construye día a día. Y, sin duda, los intolerantes nos han ganado la partida de las redes sociales. Cuando de igualdad se trata, todo lo que no sea avanzar es retroceder.

P: ¿Cómo de necesarias son las charlas a los niños y niñas en los colegios relativas a delitos de odio?

R: Imprescindibles, sin duda. Hay que hablarles de los delitos de odio, y también de los casos de discriminación que no llegan a ser delitos de odio. Hay que educarles en igualdad, porque ahí está la clave de cara a un futuro, y esa educación en igualdad ha de hacerse de un modo transversal, que lo impregne todo, empezando por que tengan referentes de personas diversas más allá del fútbol y el deporte.

P: ¿Y qué hacemos con esos padres que las tildan de adoctrinamiento?

R: Pues no podemos hacer otra cosa que tratar de dar argumentos de lo contrario, si bien, la educación, como materia de titularidad pública, no puede relajar ni relativizar estas materias. No sería la primera vez que el argumento del hijo sea el que haga reflexionar al padre.

P: La Fiscalía ha abierto diligencias para investigar si hubo delito de odio en redes en Torre Pacheco. ¿Cómo se le ponen puertas al campo? Me refiero al control de contenidos en internet. 

R: Pues es complicado, sin duda, pero no imposible. Cada día contamos con más medios técnicos e instrumentos legales para investigar y perseguir estos delitos, aunque queda mucho camino. Y lo recorreremos, aunque no sea el sprint que nos gustaría y se convierta en una carrera de obstáculos.

P: El caso de Jumilla es más complejo, no se habla específicamente de prohibir la celebración por razones religiosas pero es evidente que es así. ¿Pueden las palabras del concejal de Vox asumiendo que es por eso ayudar en una posible investigación penal? 

R: En este caso, y casos como este, hay que distinguir dos planos: de una parte, la disposición y su contenido, y de otro, las manifestaciones hechas por causa de la misma. Hay que analizar cada uno de estos contenidos juntos y por separado porque la disposición podría no ser delito, y sí serlo alguno de los comentarios o reacciones al albur de ella. No obstante, es preciso recordar que el hecho de que algo no sea delito no significa que sea lícito ni legal. Hay otras vías legales para luchar contra la desigualdad más allá del Derecho Penal.

P: ¿Este tipo de ataques en redes es el caldo de cultivo perfecto para que aumenten las agresiones? 

R: Estoy convencida de que sí lo son. En Torre Pacheco se dio la tormenta perfecta para ello, pero ya se había intentado en otros casos como el del homicidio del niño de Mocejón, aunque ahí la triste realidad de la autoría les desmontó el plan.

P: ¿Qué tipo de delito es el más habitual el referido a la religión, al colectivo LGTBIQ+, al color de piel…?

R: Los delitos de odio más frecuentes, a años luz del resto, son los relacionados con el racismo y la xenofobia en primer término, y los que afectan al colectivo LGTBI en segundo lugar. Pero hay que tener presente dos matices. Por una parte, que las estadísticas se refieren a delitos denunciados o que de algún modo han tenido entrada en los juzgados, y en esta materia el índice de infradenuncia es altísimo. De otro lado, lo que se ha apuntado antes, que las causas de discriminación no son únicas, y en el caso de la xenofobia o el racismo están íntimamente conectadas con otros motivos como la religión, y es clara muestra lo que ocurre con la islamofobia.

P: ¿Cree que determinados discursos políticos podrían estar alentando los comportamientos racistas?

R: En mi opinión, tienen potencialidad para hacerlo. Todo discurso político que se precie de democrático ha de defender la igualdad entre todas las personas que consagra nuestra Constitución.

P: ¿Cree que los jueces necesitan una formación más específica en delitos de odio?

R: Todos los profesionales la necesitamos, sin duda. En el caso de la Fiscalía ya se lleva hecho mucho camino, desde que hace años Barcelona encabezó la lucha contra los delitos de odio y plantó el germen de lo que hoy son las secciones especializadas y la Fiscalía de Sala, que realiza una magnífica labor. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad también se han puesto las pilas, y la judicatura ha empezado a hacerlo, puesto que en la Escuela Judicial ya reciben algunas clases teóricas y prácticas sobre la materia, pero aun queda un largo camino por recorrer, desde luego. La formación es la manera de prevenir otro de los riesgos con los que luchamos cada día, el infradiagnóstico que, junto con la infradenuncia, son lo caballos de batalla con los que nos enfrentamos en nuestro día a día.