Uno de los periódicos locales propiedad del encarcelado empresario José Luis Ulibarri definía a Juan Carlos Suárez-Quiñones como "hombre apuesto y un tanto dandy" en un laudatorio perfil que destacaba su "historia de esfuerzo y superacion", así como "su carácter afable". No en vano, Ulibarri había dado orden a sus medios "de cuidarle". Las conversaciones grabadas por la policía en la "Operación Enredadera" muestran que esta devoción por parte de Ulibarri era correspondida, cuando el consejero le llamaba para pedirle directamente que hiciera él una carretera. 

Suárez-Quiñones, nacido en León en 1961, volvio como juez a León treinta años después, al hacerse cargo del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de León, tras haber pasado antes por otros destinos, como Benavente (Zamora) y Getafe (Madrid), una vez en su tierra natal fue elegido juez decano de León en 2002 y reelegido en el año 2007. Ha sido, además, miembro de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Casilla y León (TSJCyL) entre 2004 y 2009. Durante su etapa como juez decano de León destacó como juez-estrella local, apareciendo en numerosas ocasiones en los medios y al que se suponía bien relacionado con la entonces presidenta de la Diputación, la polémica Isabel Carrasco, que pasó más de una vez por los tribunales antes de ser asesinada. Según el diario iLeón, el juez Suárez-Quiñones era uno de los que podía "susurrar" al oído de Carrasco en "temas complicados". 

De juez a Sheriff, de Sheriff a "peso pesado"

Su carrera política comienza oficialmente cuando el Gobierno de Rajoy le nombró subdelegado del Gobierno en León en enero de 2012. No tardó en saltar de nuevo a los medios, cuando la Guardia Civil bajo sus órdenes tomó al asalto el pueblo minero de Ciñera y protagonizó varios enfrentamientos con los mineros de la zona. El alcalde pedáneo reultó herido por un pelotazo de goma y los vecinos acusaron a los agentes de disparar material antidisturbios indiscriminadamente, contra huelguistas, vecinos, niños y ancianos.

La mano dura dio sus frutos y en abril de 2015 pasó a ser nombrado delegado del Gobierno en Castilla y León, dicen que por su buena relación con la que en aquel momento era vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y con la que se le suponía "hilo directo". Poco tiempo duró en el cargo, pues tras el batacazo general del Partido Popular en las elecciones municipales de mayo de 2015, el reelegido Juan Vicente Herrera -uno de los pocos supervivientes de la debacle electoral-, decidió nombrarle consejero de Fomento. Los diarios de Ulibarri no dudaron en calificarle como "peso pesado" del Gobierno castellanoleonés. 

De la cumbre a la enredadera

El ascenso fulgurante del exjuez no se detenía. Aparte de afirmarle sin complejos a su amigo Ulibarri "la Administración soy yo" para encargarle una carretera, Quiñones entraba en las quinielas para haber sido Secretario de Estado en el Gobierno de Rajoy. No pudo ser. Una moción de censura se llevó por delante a Rajoy y a su Gobierno. Y un Congreso del PP acabó con el que parecía ilimitado poder de su amiga Soraya Sáenz de Santamaría. Aún así le quedaba una vía a la cima: la sucesion de Juan Vicente Herrera al frente del PP de Castilla y León. Tampoco pudo ser. Su amigo y predecesor en la consejería, Antonio Silván, alcalde de León y el que informaba a Ulibarri de los concursos públicos en directo, perdía las primarias contra Alfonso Fernández Mañueco

Ahora, tanto Silván como él mismo aparecen en las grabaciones del "Caso Enredadera" dando más información de la que parece aconsejable a un empresario encarcelado por -presuntamente- corromper a políticos y que ya pasó por los juzgados por el "Caso Gürtel". ¿Acabará así esta fulgurante carrera del mediático exjuez?