Tal y como ha venido publicando ElPlural.com, la empresa que provocó el desahucio de la familia de Santiago Abascal, según las propias palabras del presidente de Vox, se denominaba socialmente Hammer Hostelería SL y fue constituida el 1 de diciembre de 2006. Se trataba de una microempresa centrada en la actividad económica de servicios de comidas y bebidas. A través de Hammer Hostelería la ‘familia Abascal’ explotaba Heineken Urban Concept, un garito situado en el edificio Deba, portal de Gamarra, en Vitoria-Gasteiz, que llegó a contar hasta con siete empleados.

En 2007, tras más de un año de andadura, el bar-restaurante cerró el ejercicio económico con un tímido saldo positivo de 4.659 euros. Nada que ver con lo ocurrido en 2008, cuando las pérdidas alcanzaron los 131.129 euros.

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Condenada por no pagar a sus trabajadoras

La andadura empresarial de la familia Abascal acabó en impagos, embargos, incidencias judiciales y procedimientos concursales.

Así, por ejemplo, en agosto de 2010, Hammer Hostelería fue condenada a abonar a una extrabajadora (A.R.A.) la cantidad de 9.071,53 euros (más el 10 por ciento de interés moratorio) correspondientes al finiquito y salarios correspondientes a febrero y marzo de 2010. 

El 20 de enero de 2011, otra sentencia condenaba a la empresa a abonar 7.465,75 euros brutos correspondientes a finiquito y salarios de las mensualidades de febrero y marzo de 2010, con el interés por mora a la extrabajadora (M.E.S).

Asimismo, ElPlural.com ha podido comprobar que estas trabajadoras fueron representadas durante el juicio contra la empresa de la familia Abascal por parte del sindicato Esker Sindakalaren Kombergentzia-ESK. Un gremio que se define a sí mismo como “poco burocrático y muy participativo, comprometido en la defensa de los intereses de los trabajadores y trabajadoras y de los colectivos más desfavorecidos de la sociedad”.

“Creemos en el reparto de los trabajos (los remunerados y los no remunerados) y de la riqueza. Somos conscientes de los límites del medioambiente; el desarrollo humano debe de respetar este límite. La Renta Básica Universal y el decrecimiento son nuestros referentes. Nos consideramos feministas y aspiramos a una igualdad real entre personas, sin que el género sea motivo de discriminación. Somos un sindicato vasco y pedimos respeto a nuestra identidad como pueblo y reconocimiento de los derechos civiles y políticos para todas las personas”, afirman en su página web.