Toque de corneta en Ferraz, en un momento delicado a nivel orgánico. La confección de las listas electorales para el 23J ha abierto brechas en algunas federaciones socialistas, como Castilla-La Mancha -aunque subsanado-, Castilla y León, Valencia y Aragón. El jefe del Ejecutivo y secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez, ha presidido el cónclave socialista para ratificar las candidaturas de cara a las generales. Un Comité Federal al que no han asistido ni Emiliano García-Page ni Javier Lambán. El presidente de Aragón en funciones, de hecho, ha calentado los minutos previos desde las redes, lamentando que los “ciudadanos de Teruel y Zaragoza” no tuvieran la oportunidad de votarlas. El presidente del Gobierno y puntal de lanza de la formación socialista ha subrayado la imperiosa necesidad de salir de este encuentro "valientes, unidos y potentes" para frenar a una derecha "sin plan" y "destructiva". "A por ellos", ha rematado. 

En poco o nada se ha parecido este cónclave socialista al del pasado 18 de marzo. De las caras de los asistentes desapareció cualquier atisbo de la euforia que se percibió en aquel entonces. También la situación ha cambiado. Este Comité Federal se enmarca tras una estocada en la espalda el 28 de mayo y su consiguiente adelanto electoral, verbalizado por el presidente del Gobierno y jefe de filas del PSOE. Además, la tormenta desembarcó en la sede de Ferraz en torno a la última hora de este pasado viernes, cuando varios barones se levantaron en armas ante las imposiciones de la dirección en las candidaturas territoriales. Tal es así, que el incendio crecía ante las ausencias del presidente de Castilla-La Mancha y su homólogo -en funciones- aragonés.

Ni Emiliano García-Page ni Javier Lambán han desfilado por la estrecha acera que conduce al cuartel general de los socialistas, donde les aguardaba una llamada a filas del secretario general para arengar a unos visiblemente desanimados combatientes. Tampoco acudió a la llamada un acérrimo a Sánchez como es el alcalde de Valladolid en funciones, Óscar Puente, después de modificar también las candidaturas de Castilla y León e indignar a los miembros de esta federación. Así lo ha verbalizado el líder de los socialistas del territorio castellano y leonés, Luis Tudanca, quien a su llegada al Comité Federal ha expresado su “descontento y decepción” ante la decisión.

Valencia también fue otro foco de desafección en la confección final de las listas. Fuentes de la federación valenciana han insinuado que se sienten desautorizados, aunque intentan enmarcarlo en la cotidianeidad que comporta un proceso de esta índole. Entienden que cada cual tiene sus preferencias y su “visión de las cosas”, pero no ocultan que “ha sentado mal”. Por su parte, desde el entorno de la Ejecutiva Federal trasladan en privado que no creen que se haya hecho agravio alguno a un Ximo Puig que ante los medios de comunicación ha defendido que “lo más importante es el proyecto” y no las personas que en él se incluya.

Aviso a los barones

Indignación de los líderes territoriales mediante, una vez en las entrañas del cuartel general del PSOE y ya acomodados en sus asientos, la presidenta del Comité Federal del PSOE, Milagros Tolón, ha devuelto el bumerán a los barones con un tirón de orejas sin paliativos. Unidad frente a intereses personales y que “nadie se preste a ser el tonto útil de la derecha”. Una advertencia que ha desencajado algún que otro rostro entre los asistentes, máxime al ser la propia Tolón la protagonista indirecta de las cuitas entre Page y Ferraz en la confección de listas. La alcaldesa de Toledo, tras las presiones del presidente de Castilla-La Mancha, será número dos, manteniendo a Sergio Gutiérrez como el cabeza de cartel por la mencionada provincia.

Ferraz advierte a sus barones para que no se presten a ser "el tonto útil de la derecha"

“Esperamos que todo el partido, y digo todo el partido, y sus dirigentes estemos unidos como una piña y nadie anteponga sus intereses electorales particulares a los de la organización y nadie se preste a ser el tonto útil de la derecha”, sentenció la aún regidora toledana, tras reclamar a los suyos “salir a ganar” y a dar la batalla por unas políticas continuistas en materia de derechos sociales, igualdad, justicia social. En definitiva, por “seguir modernizando el país”. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, reclamó este sábado al conjunto de su partido que evite las rencillas internas y salga unido a la campaña del 23 de julio par alas generales después de la tensión vivida en las últimas horas a cuenta del diseño de las listas al Congreso y al Senado.

Sánchez suaviza el tono

El secretario general del Partido Socialista ha seguido los pasos de Tolón, pero con el freno de mano echado. Sánchez ha clamado por la unidad, imprescindible para mantener una acción política expansiva en cuestión de derechos sociales y empoderamiento de las clases medias y trabajadoras. “La primera condición para que no avance el retroceso el próximo 23 de julio es que el PSOE salga unido, valiente y potente”, ha reivindicado el jefe del Ejecutivo en los primeros compases de su intervención. Mensaje directo a los barones para acallar sus críticas por la definición de las listas electorales antes de la habitual arenga preelectoral.

Para el PSOE es fundamental afrontar la carrera electoral cohesionado, como también lo es para el espacio a la izquierda de los socialistas. Por ello, Sánchez ha celebrado el acuerdo in extremis de Sumar y Podemos. Ambos partidos culminaron una escabrosa negociación en el último minuto para concurrir juntos a las generales y evitar la fragmentación del voto en su flanco. “Es una noticia más que positiva, la unidad es la primera muestra de responsabilidad y es condición para dejar atrás este ruido estéril”, agregó en una suerte de recado que también se ha interpretado en clave orgánica.

Sánchez: "La primera condición para que no avance el retroceso el próximo 23 de julio es que el PSOE salga unido, valiente y potente"

No obstante, las buenas palabras de Sánchez no entierran su estrategia inicial de concentrar el voto útil en torno al PSOE. Ferraz insiste en que es la única vía para evitar el avance de las derechas. Admite que son “noticias positivas”, pero pide no perder de vista que la “gran responsabilidad” de lo que ocurra el próximo 23 de julio recae sobre los socialistas.

La hoja de ruta

Más allá del llamamiento a la unidad, Sánchez ha alertado del peligro que tienen delante, momento que ha aprovechado para reivindicar la hoja de ruta del Partido Socialista en Moncloa durante estos últimos cinco años. “Tenemos el mejor proyecto”, ha reiterado en incontables ocasiones el jefe del Ejecutivo, al tiempo que advertía que sus adversarios conservadores carecen de un plan más allá de “derogar y destruir” todo lo edificado por la coalición progresista. “Pocas veces hemos visto una oposición que se desentendiera tanto de los problemas nacionales. En estos cuatro años ha sido más necesario que nunca contar con una derecha constructiva, cuando lo patriótico hubiera sido arrimar el hombro ante la pandemia, el volcán de La Palma o la guerra de Ucrania, ellos siempre estuvieron a favor de la crisis, nunca de la gente”, espetó.

Por ello, ha orientado su discurso a las líneas maestras de la campaña electoral, con énfasis especial en la gestión. Recuperar el relato perdido en las urnas la pasada campaña es crucial, de ahí nace la idea de los ‘cara a cara’ con Alberto Núñez Feijóo; para combatir con argumentos y datos el “ruido” de una derecha que, en palabras del propio Sánchez, carece de “plan” más allá del retroceso.

El líder de los socialistas ha hecho balance de la gestión del Gobierno progresista durante estos cuatro años de legislatura, reiterando que la “economía española va más que bien, va como una moto”. Un mantra que ha protagonizado los últimos actos del presidente del Gobierno y que adereza con los indicadores de agentes externos como la OCDE o el Banco Central Europeo. “Tenemos un balance excepcional sobre la mesa, tenemos un plan, avances económicos y sociales para que esos resultados mejoren aún más en los próximos años”, continuó.

Sánchez profundizó en las medidas tangibles frente a un argumentario vacío, tan solo sujeto a la descalificación o a “medias verdades”. No estaba el horno para bollos, como se suele decir en román paladino, pero Sánchez se permitió un momento de asueto para, en clave de humor, loar a su vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y ahondar en la falta de planificación de los conservadores. “Nosotros tenemos a Nadia (Calviño), ellos tienen a nadie”, ironizó el jefe del Ejecutivo ante la falta de un especialista económico en Génova.

Sánchez ve necesario reivindicar y loar la gestión del Gobierno. Ahora “más que nunca” y le pese a quien le pese. “Tenemos el orgullo de decir que en las peores situaciones nos hemos volcado por defender el interés de los españoles”, sentenciaba, mientras recordaba los avances sociales cosechados a lo largo de la legislatura. Una expansión de derechos de la mayoría que tan solo acaba de empezar, pues el 23 de julio es el momento para elegir si “echan raíces” o que se “detengan con derogaciones”.

En definitiva, Sánchez ha intentado levantar el ánimo a los suyos porque se ve con “claras posibilidades” de ganar el 23 de julio. “Merece la pena. Merece mucho la pena”, ha sentenciado el jefe del Ejecutivo, ávido de “culminar el trabajo de estos cinco años”. “Nos corresponde a nosotros. Es nuestro deber y responsabilidad”, ha proseguido, antes de avanzar que las próximas elecciones no se limitan a una lucha de partidos en busca del poder, sino a una “elección de la España que queremos ser”. “Este país se merece ser su mejor versión hoy más que nunca. A por ellos, compañeros”, ha rematado, convirtiendo el silencio atento de sus oyentes en una ovación contenida pero unánime.

Los números de la campaña

El Comité Federal, además de aprobar las candidaturas, dará luz verde al programa electoral para estos comicios y también al presupuesto con el que contará el partido para la campaña. En el documento, la formación socialista establece una frontera máxima de 17,6 millones de euros, desglosado entre mailing y gastos propios de la campaña.

Los números que manejan en Ferraz evidencian una movilización mayoritaria de partidas destinadas a actos públicos, con un total de 2,5 millones de euros; así como a publicidad. A la cartelería, anuncios en vallas, radio y prensa se destinará una partida de 1,9 millones de euros.