Agendas despejadas para el próximo martes. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, se miden de nuevo en el Senado. Será la última sesión de control al Ejecutivo de este 2022 en la Cámara Alta y, por ende, el último cara a cara entre los dos. Pese a las dudas iniciales, fuentes parlamentarias apuntan a que el duelo sí se producirá y será en el marco de una sesión de control, coincidiendo con el debate de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023. 

Como es habitual, el pleno arrancará a partir de las 16:00 horas. Será en ese momento cuando el líder de la oposición y jefe de los populares traslade su pregunta al presidente del Gobierno. Un nuevo cara a cara que cierra este ciclitímico 2022 para los de Feijóo y al que le sucederán dos preguntas del resto de grupos parlamentarios. 

En un primer momento, el Partido Popular habría rechazado la celebración de esta sesión de control. De hecho, según apuntaron entonces fuentes del grupo parlamentario recogidas por eldiario.es y el Huffington Post, daban por bueno el debate de Presupuestos que estaba agendado para esas mismas semanas y rehusaron a celebrar un nuevo pleno al considerarlo innecesario. Ese primer posicionamiento sorprendió a propios y extraños, pues en 2021 los conservadores sí facilitaron la convergencia de un debate sobre las cuentas en el Senado con una sesión de control. 

El rechazo de los conservadores a un último cara a cara con Sánchez en el Senado lo aprovechó el PSOE para hablar de Feijóo como un "líder a la fuga" al no rehuir el cuerpo a cuerpo con Sánchez en el Senado. "Simple y llanamente no tiene proyecto político para este país", adujo la ministra de Hacienda y número dos del PSOE, María Jesús Montero, en los aledaños de un acto homenaje a Almudena Grandes. En este sentido, la vicesecretaria general socialista agregó que no disponía de un equipo capacitado para liderar "los años tan importantes que estamos transitando". 

La (pen)última gran derrota de Feijóo

Aquellas críticas de Montero hunden sus raíces en el cuarto cara a cara entre ambos en el Senado, el del pasado 22 de noviembre, donde el jefe del Ejecutivo se mostró "implacable" con el líder de la oposición. El duelo fue más breve que los anteriores, pero no estuvo exento de beligerancia. Todo lo contrario. Las acusaciones sobevolaban la Cámara Alta, como si de un partido de tenis se tratara. 

Ya en los momentos previos, los socialistas se encargaron de golpear a Feijóo donde más duele: su liderazgo. En Ferraz se puso el foco en la debilidad orgánica del gallego, supeditado al influjo de una Isabel Díaz Ayuso que marca el paso y a la que auguraban un temprano desembarco en la planta 7 de Génova. Por ahí fueron los tiros en la sesión plenaria. 

Sánchez se apoyó en los medios de comunicación para dirigir su primer gran ataque a Feijóo, a quien acusó de plegarse ante las presiones de ciertos sectores mediático de la derecha. De hecho, zarandeó la portada de El Mundo de aquel martes, que abría con el siguiente titular: "El PP anima a Feijóo a ser hoy 'implacable' con Sánchez: 'Es el momento'". Un titular que allanaba el camino argumental al jefe del Ejecutivo, que no dudó en vincularlo al "tono bronco" utilizado por el jefe de la oposición. "Es el mismo diario que un día antes de que usted y yo llegáramos a un acuerdo para renovar el CGPJ y cumplieran definitivamente con la Constitución, le dijo a usted que el PP temía la reacción política, judicial y mediática", recordó entonces el presidente del Gobierno, quien catalogó a Feijóo como un político "previsible" y carente de autonomía.