Empiezan las recepciones. El líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez, hará de anfitrión este martes de los máximos mandatarios de los países de la Alianza Atlántica en un día cargado de compromisos internacionales que tendrá su punto fuerte en el encuentro bilateral con el presidente de los EEUU, Joe Biden, en el Palacio de La Moncloa. Habrá comunicado y rueda de prensa conjunta, rompiendo así la sensación que se había instalado tras varios intentos fallidos por conseguir una foto con el mandatario norteamericano.

Biden también se reunirá posteriormente con Felipe VI, de forma previa a la cena que Zarzuela celebrará con todos los representantes internacionales en la Cumbre de la OTAN. Paralelamente, en el Palacio de Santa Cruz (sede del Ministerio de Asuntos Exteriores), serán los ministros de Exteriores los encargados de mantener una cena de trabajo que, más allá de servir como inicio de unas jornadas que redefinirán la estrategia de la Alianza en los próximos diez años, servirá para poner sobre la mesa varios temas prioritarios que serán abordados en mayor profundidad los días posteriores en el recinto de IFEMA (Madrid): desde la adhesión de Suecia y Finlandia a la lista de socios hasta el nuevo proyecto OTAN 360º, en clara alusión a la especial atención que la Organización debe prestar a los riesgos del sur, donde el Sahel se ha convertido en el hogar de bandas terroristas como Al Qaeda o el Daesh.

También preocupa sobremanera, especialmente en España, que las naciones redefinan sus propias fronteras y Ceuta y Melilla pasen a ser protegidas por la Alianza en caso de ataque –hasta la fecha, el artículo 5 del Tratado de Washington que fija que cualquier ofensiva contra un aliado obliga al resto a actuar, se circunscribe exclusivamente al espacio euroatlántico, acotado al territorio de los países aliados en Europa, Norteamérica, la zona asiática de Turquía e islas situadas al norte del trópico de Cáncer-. 

El Gobierno de España da por hecho que la Cumbre de Madrid servirá para redefinir este mapa de actuación. Entre los temas a abordar en la hoja de ruta de la cumbre de Madrid figura la defensa de la “soberanía e integridad” de los territorios de los países aliados como principal objetivo de la Alianza. En el Ejecutivo sostienen que serán los diferentes gobiernos los que podrán establecer sus propias fronteras, por lo que la adhesión de este principio al Concepto Estratégico, el segundo texto más importante de la OTAN, implicaría que las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla estarán, por primera vez, bajo el paraguas de la organización.

La inclusión de la defensa de la “integridad territorial”, a pesar de contar con el sustento de España, no ha sido una cesión en exclusividad al país organizador de la cumbre, sino que se enmarca en la guerra de Ucrania. La ambición de Rusia de arrebatar porciones de terreno al país vecino, primero con la anexión de Crimea y después con la ocupación de otros territorios, puso sobre aviso a la OTAN, quien ya advirtió al presidente ruso, Vladimir Putin, de que cualquier incursión en terreno aliado se consideraría causa de guerra.

Stoltenberg se pone de perfil: “Es una decisión política”

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha decidido enfriar el triunfalismo del Gobierno de España asegurando que, en todo caso, la protección del flanco sur y la nueva composición del mapa de acción de la organización militar será un tema a abordar durante la cumbre: “Es un tema político”, ha manifestado.

Stoltenberg se ha limitado a decir en rueda de prensa que el artículo 6 ya establece el alcance territorial de la cláusula de defensa colectiva, pero ha evitado aludir de forma específica al caso de las dos ciudades autonómas, que en principio España sí considera cubiertas porque entiende que es responsabilidad de cada aliado establecer sus límites geográficos. En cualquier caso, el secretario general, que será recibido por el propio Pedro Sánchez en el aeropuerto militar de Torrejón de Ardoz, ha indicado que correspondería al Consejo, el órgano ejecutivo de la Alianza, determinar en un momento dado la validez de la invocación del artículo 5 y que este aspecto sería, en todo caso, una determinación que debería ser asumida por los 30 Estados miembros.

Críticas de la oposición

En el PP insisten en que la imagen que traslada el Gobierno de España es negativa para el resto de socios atlantistas. "El PP muestra su apoyo a la Cumbre que se va a desarrollar en Madrid durante esta semana. Y nuestra oferta de pacto de Estado sobre la OTAN sigue sobre la mesa", ha asegurado el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons.

González Pons no se ha quedado ahí, criticando que el Gobierno se enfrente a una cita de primer nivel fracturado por la mitad: “Cuando lleguen los jefes de Estado extranjeros sabrán que hay medio Gobierno que no apoya a la OTAN y que el partido de la oposición ha hecho una oferta de pacto de Estado para apoyar al medio Gobierno que sí está a favor de la OTAN", ha enfatizado, para quejarse de que el Ejecutivo no ha respondido a su oferta de pacto.

Concretamente, el acuerdo al que Pons hace referencia es al plan de Estado que el propio líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, hizo llegar por carta a Pedro Sánchez en las postrimerías de la organización de la cumbre de Madrid. En este plan, al que el Gobierno no ha contestado, se ofrecía la posibilidad de un entendimiento en cuestiones como el incremento del gasto en defensa, el refuerzo del flanco sur o la creación de una fuerza militar europea.

Desde el Gobierno, insisten: la mejor política de Estado es remar de forma unida de cara a la celebración de la cumbre, huyendo de las críticas y no intoxicando a nivel externo en un momento de una importancia capital para la imagen de España en el exterior: “El PP sabe perfectamente que este Gobierno ha tratado las políticas de defensa como de Estado. La mejor política de Estado es apoyar la cumbre y que se sientan orgullosos de la celebración en España", sentenciaba, en esta línea, la ministra de Defensa, Margarita Robles, el pasado miércoles en una rueda de prensa para explicar los pormenores de la organización de la cumbre.

Madrid, una ciudad blindada

El operativo especial para reforzar la seguridad de la cumbre de la OTAN convertirá Madrid en una ciudad intransitable. Las principales carreteras que conectan con el recinto de IFEMA, muy próximo al aeropuerto de Barajas, abocarán a la ciudadanía a una situación de tensión, retenciones y controles continuos. Tanto el Gobierno nacional como el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid han pedido, en medida de lo posible, fomentar el teletrabajo y, en su defecto, utilizar el transporte público para evitar el colapso de las arterias principales de la capital española.

“Es un cónclave histórico”, insisten desde el Ejecutivo, trasladando la idea de que nuestro país está en un momento clave para reforzar su papel en la Alianza justo cuando se celebra el 40 aniversario de la entrada española en la organización. Las autoridades locales, con Almeida a la cabeza, también han realizado llamamientos a los madrileños para que entiendan de la importancia de trasladar una buena imagen de la ciudad en los tres días en los que la capital copará todas las miradas.

Un dispositivo policial sin precedentes, con 10.000 agendes desplegados en el marco de la ‘Operación Eirene, garantizará la seguridad en la llegada de los 33 mandatarios y sus correspondientes séquitos que participarán en el cónclave. Solo el presidente de EEUU, Joe Biden, vendrá acompañado de 1.200 compatriotas, 400 agentes y 50 coches -entre los que se encuentra ‘La Bestia’, un Cadillac One blindado y con lanzagranadas incorporado, entre otros sorprendentes complementos-.