En el marco de la Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que ha arrancado este lunes en Sevilla, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado la próxima apertura de la Casa de las Naciones Unidas en Madrid con el fin de coordinar a las diferentes agencias de la ONU.

De esta forma, y con el telón de fondo del debate sobre la financiación en desarrollo y proyectos humanitarios, el jefe del Ejecutivo español ha apostado por el trabajo de estas agencias y su desarrollo con “seguridad, apoyo y reconocimiento”. Así, en rueda de prensa en la primera jornada de la IV Conferencia Internacional para la Financiación al Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas, Sánchez ha asegurado que España va a defender e impulsar el multilateralismo, ante el "debilitamiento evidente" que está sufriendo.

En este orden de cosas, Sánchez ha adelantado que “España va a dedicarse a todo lo contrario, a defenderlo e impulsarlo porque el mundo necesita unas Naciones Unidas fuertes, capaces de abordar los grandes desafíos globales a los que se enfrenta la humanidad”. Las palabras, que las ha expuesto junto al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se han producido de manera paralela al mensaje que el presidente del Gobierno ha enviado a aquellos que consideran que citas como la de Sevilla no aportan resultados. “Las conferencias como esta importan”, ha asegurado, a la vez que ha añadido que sin financiación no hay políticas de desarrollo y sin ellas “no habrá un mundo más igualitario” sino más miseria, desigualdad, conflictos y migraciones.

Multilateralismo y órdago a Trump

Al margen de este anuncio, el jefe del Ejecutivo ha querido mantener el pulso al magnate estadounidense con el rechazo a subir el gasto en defensa hasta el 5% del PIB. En esta línea, Sánchez ha reivindicado en Sevilla una agenda centrada en el desarrollo y la justicia social. Así, el presidente ha insistido en su compromiso de alcanzar el 0,7% del PIB en ayuda oficial al desarrollo, frente al exigido 5% de gasto en defensa que Trump ha planteado a los socios de la OTAN. En su intervención en el acto organizado el domingo por Global Citizen Now, Sánchez ya lamentó que “dos de cada cinco personas en el mundo vivan en países que gastan más en pagar su deuda que en servicios públicos”.

En otro orden de cosas, la conferencia de Sevilla ha sido presentada como una “llamada a la acción”, según Sánchez, quien insistió en que es ahora, “en los momentos más oscuros”, cuando hay que mantener viva la llama del compromiso global. “Debemos alzar la voz y decirle al mundo que no vamos a rendirnos”, remarcó. El objetivo de la cita es articular una nueva hoja de ruta internacional para la financiación del desarrollo sostenible, cuyo principal hito será la firma del Compromiso de Sevilla, un documento político que marcará las prioridades compartidas de la comunidad internacional.

Sin embargo, Estados Unidos ya ha anunciado que no firmará este compromiso. Pese a ello, la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohamed, expresó su confianza en que “EEUU acabará asumiendo estos principios si quiere formar parte del éxito colectivo que supone sacar a millones de personas de la pobreza”. A juicio de Mohamed, resulta “lamentable que se aparten de una conversación tan crucial para el futuro de miles de millones de personas”, aunque recalcó que la ausencia estadounidense no paralizará la determinación del resto de países presentes.

Con todo ello, lo cierto es que la cita de Sevilla se celebra en un escenario internacional profundamente alterado en términos geopolíticos, tecnológicos y de gobernanza global. Diez años después de la última edición de esta conferencia de la ONU - que tuvo lugar en Addis Abeba en 2015 -, la de Sevilla busca impulsar un nuevo enfoque multilateral, adaptado a los retos del siglo XXI y capaz de canalizar recursos financieros a través de instrumentos más eficaces, inclusivos y sostenibles.

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