Albert Rivera se afanará en presentar el proyecto de Sánchez como antagónico del suyo y en advertir de los "peligros" que acarrea para España, argumentado el 'no es no' que no se ha cansado de repetir desde las elecciones del 28 de abril. La del lunes será la segunda vez que el líder de Csdebata con el candidato socialista en una sesión de investidura. La primera fue en 2016, pero entonces eran aliados y habían firmado el llamado 'pacto del abrazo'.

Se da por hecho que Rivera se empleará duro contra el candidato, con quien incluso se ha negado a reunirse. La última vez que se vieron fue el 17 de junio. Después, el líder de Ciudadanos rechazó participar en las demás rondas abiertas por el presidente para buscar apoyos o abstenciones, alegando que no tenía "nada que decirle".

En declaraciones públicas, eso sí, no ha dejado de urgirle a llegar a un acuerdo con su "socio natural" para que pueda arrancar una legislatura en la que aspira a erigirse como líder de la oposición, adelantando en el escalafón a Casado. Asimismo, ha subrayado que el único responsable de la repetición electoral, si la hay, será el líder del PSOE por su incapacidad para sellar acuerdos.

Así, Rivera aprovechará el debate para justificar su 'no' a Sánchez, pero no sólo ante el hemiciclo sino también ante su propio partido, que ha sufrido destacadas bajas en estos últimos meses por la negativa del 'núcleo duro' a dejar una puerta abierta a la abstención, mientras facilita que el PP se perpetúe en comunidades como Murcia, Madrid o Castilla y León, además, con el apoyo de Vox.