La Casa Real vivió un temporal extremadamente violento en la semana del 9 al 13 de marzo. El cerco sobre Juan Carlos I se estrechaba y dejaba en evidencia a la Corona tras conocerse las acusaciones de Corinna. Para evadirse del torrente incesante de informaciones, el Emérito se fue de caza a Aranjuez junto a otros familiares según publica Vanitatis.

El estado de alarma ya estaba llamando a la puerta de los hogares españoles y la Corona se encontraba ultimando los detalles del comunicado en el que anunciaría las medidas que Felipe VI tomaba contra su padre a raíz de unas nuevas informaciones que apuntaban a la presunta corrupción del Emérito.

La tormenta desatada por Corinna en Zarzuela se saldó con Felipe VI anunciando que, llegado el momento, renunciará a la herencia de Juan Carlos I y apartando a éste del Presupuesto asignado para la Casa Real. El Emérito se encuentra en una posición cada vez más débil de cara a la opinión pública.

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Sin embargo, lejos de expresar su preocupación al respecto, Juan Carlos I decidió que, en plena crisis monárquica y vírica, era el mejor momento para saldar cuentas con una de sus aficiones predilectas: la caza.

Según publica Vanitatis, el Rey emérito se confinó en su residencia del palacio de la Zarzuela, pero no lo hizo hasta el sábado 14, cuando el Ejecutivo decretaba el estado de alarma y la cuarentena de toda la población española. Un día antes, mientras Pedro Sánchez anunciaba sus intenciones para luchar contra el avance del virus, Juan Carlos I se fue junto a familiares y amigos de caza.

Ríos de tinta cercaban la cada vez más angustiada figura de Don Juan Carlos, pero nada podía empañar aquella jornada lúdica en Aranjuez. Las temperaturas primaverales se adueñaron de la totalidad de la Comunidad de Madrid y aprovechó la situación para evadirse junto a los suyos para disparar perdices y aves de otra índole.

 El Rey emérito, consciente del huracán en el que se encontraba, aseguraba a los suyos, mientras cazaba que su hijo debía dar ejemplo durante aquellos días porque el foco se iba a posar sobre Zarzuela. De hecho, aconsejó a su hija Elena, una de las acompañantes en la polémica jornada, que no saliera tanto porque no era bueno para la imagen de la Corona.