A menos de 72 horas para que arranque la campaña electoral, el que fuera presidente del Gobierno entre los años 2011 y 2018, Mariano Rajoy, ha pasado por los micrófonos de la Cadena COPE para analizar el transcurso de esta precampaña y bendecir la acción llevada a cabo por el actual jefe de filas del Partido Popular. El ex líder del Ejecutivo ve a Alberto Núñez Feijóo como una figura de “consenso” y “unión”, capaz de erradicar la “crispación” predominante en el terreno de juego político en los últimos años. Eso sí, a excepción de sus acuerdos con la ultraderecha, los cuales ha tratado de diluir en cierto sentido. Afea que si los números no dan el Partido Popular “tenga que ceder” ante la izquierda o una suerte de iteración de la coalición “Frankenstein” y, en caso contrario, los conservadores solo puedan acceder al poder en un escenario de mayoría absoluta. En resumidas cuentas, da por válido que Génova explore todas las posibilidades, dentro de los márgenes que permite la idiosincrasia conservadore, entre los cuales no se encuentra el coto a la ultraderecha.

El expresidente asiste a esta campaña cargado de “optimismo”. Estima el escenario como una “oportunidad única” para traer “sosiego a la política española” y resucitar “consensos que no debieron perderse”, además de para construir un “Gobierno eficaz”. A ojos de Rajoy, la imagen que está proyectando su sucesor en el Palacio de la Moncloa, Pedro Sánchez, es la del “mal estudiante”, que “no da palo al agua durante todo el año” y espera que “recuperar todo” en el último día. No obstante, con relación a la tourné mediática del candidato del PSOE a la reelección, ha indicado que cada cual tiene derecho a acudir a “donde estime oportuno”. Todo ello, después de advertir que los ánimos inducen a una época de erradicación de la “dinámica de enfrentamiento que llevamos soportando años”.

En cualquier caso, la llama de la tensión sigue prendida, en parte, por el mensaje de odio que canaliza, en este caso la extrema derecha personificada en Vox. Una ultraderecha a la que apenas ha mencionado durante su intervención. Rajoy se ha limitado a relatar que sí, efectivamente el PP “tiene pactos” con la formación de Santiago Abascal, pero subrayando que los conservadores han allanado el camino a Jaume Collboni hacia la Alcaldía de Barcelona. No obstante, el expresidente ha resaltado que su formación tiene unas “líneas rojas” bien delimitadas, pero entre las cuales no se encuadra Vox. “No pactamos ni con brazos políticos de ETA (EH Bildu) ni con independentistas que quieren hacer un referéndum saltándose la Constitución para irse de España ni tampoco con “personas que están en contra” de la propia Carta Magna; a pesar de que en este último punto no ha especificado a quién se refiere.

“Así son las cosas, claro”, deslizaba el expresidente del Gobierno antes de lanzar una reflexión sobre el Partido Popular y sus pactos. “Uno tiene una extraña sensación… Si el PP no tiene mayoría absoluta, como no puede pactar, o deja que la izquierda gobierne o que se repitan las elecciones. Es absurdo. Ha tenido acuerdos con Vox, pero ha sido decisivo en Vitoria o Guipuzkoa. La posición es clara: queremos gobernar con mayoría y si no es posible, buscar las posibilidades, aunque hay límites”. Ha asegurado.

En este sentido, Rajoy se ha referido al artículo de Felipe González, en el que pide que se deje gobernar a la lista más votada. Sobre ello ha reflexionado el expresidente del Ejecutivo, recordando que el propio González lo hizo en 1996. “No hizo un Frankenstein”, ha destacado el ex cabeza de cartel del Partido Popular, quien también se retrotrae al año 2016, cuando Pedro Sánchez salió del Partido Socialista tras negarse a abstenerse para allanar la investidura de Mariano Rajoy. No obstante, resaltó que, tras su marcha, “pudieron hacer un Frankenstein, pero no lo hicieron”. Ahora bien, señaló al jefe del Ejecutivo de echarse en brazos de independentistas y “comunistas”. “Cuatro años de este Gobierno es difícil de aguantar. Hemos vivido unas cuantas pesadillas”, percute el expresidente.

Sillas vacías

El inicio de la campaña electoral también marca la época de los debates. A pesar de los obstáculos de Génova, habrá al menos un cara a cara entre los dos principales aspirantes al Palacio de la Moncloa, amén de un especial a cuatro en el que no estará el líder del principal partido de la oposición. Rajoy, que rehúsa de dar consejos a “nadie” porque no entiende que sea procedente, ha asegurado que Feijóo debe de ser él mismo para salir victorioso del enfrentamiento con Pedro Sánchez y espera que ambos guarden respeto y “buena educación”, pero sin renunciar a la “crítica política”.

A ojos de Rajoy, aceptar el reto del cara a cara es un “acierto”, debido a que representan a los dos grandes partidos españoles. No obstante, entiende el debate a cuatro como “inconveniente”, al considerar que “falsea la realidad”. “La alternativa al PP no es el PSOE, sino el Partido Socialista, ERC, Sumar y Bildu”, ha justificado el ex jefe del Ejecutivo, cuya preferencia rima con la de Génova y su petición de participar en un debate a siete. En cualquier caso, Feijóo no asistirá al debate a cuatro, lo cual no lo ve como un error, como tampoco concibe que la silla vacía del PP suponga un agravio en términos electorales. “Cambian poco el resultado”, ha resuelto.