"El miedo que tengo yo es que... Yo es que me voy a Vigo ahora... Es que mañana tengo el coñazo del desfile". Eso fue lo que se escuchó decir al entonces líder de la oposición por los micrófonos de ambiente. Y se montó bastante coña con lo del coñazo.

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Un año antes había pedido "mostrar lo que se guarda en el corazón"
En ello, en la chanza, tuvo mucho que ver, eso sí, que el propio Rajoy, en un comunicado que por la forma y el fondo dio mucho de qué hablar, había pedido justo un año antes a los españoles para que "se manifiesten con franqueza (...) que muestren lo que guardan en su corazón". Y es que el 12 de octubre, dijo, se "honra y exhibe la bandera que aprobamos en 1978, la que exhiben nuestros deportistas con orgullo, la que cubre el féretro de nuestros soldados, la que saludan con respeto todos los jefes de Estado que nos visitan".

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En un año se descubría lo que Rajoy 'guarda en su corazón' al respecto del desfile del 12 de octubre y que acababa calificando, con voz resignada, de "un plan apasionante". Lo del "coñazo del desfile" tuvo su repercusión, como les decimos, y le obligó a rectificar. El PP horas después emitió un comunicado en el que intentaba 'redimensionar' las palabras, que pasaba a convertirse en "expresión coloquial propia de una conversación de ámbito privado".

Su primer desfile como Presidente
Mariano Rajoy intentó rematar el tema con una declaración según la cual su postura, era la "ya conocida de máximo respeto, afecto y apoyo a nuestras Fuerzas Armadas, así como a la celebración de la Fiesta Nacional".

El que habló en 2008 era el jefe de la oposición. Ahora, ya como Presidente de Gobierno, tendrá que presidir junto al Rey el 'desfile coñazo'. Eso sí, sea porque temen que los que acudan al acto recuerden estas palabras, sea por que no estén contentos con sus políticas, en el Ministerio de Defensa se han encargado de 'aislar' en lo posible a las autoridades.

Blindado a cien metros del público
El diseño del acto que se ha conocido parece que será similar al que se organizó en 2011, cuando la entonces ministra, Carme Chacón y su equipo, alejaron casi 100 metros al público de las autoridades, colocando a éstas en un estrado en la plaza de Neptuno. Entre los asistentes al desfile tomaron por costumbre, desde el año 2005, abuchear al presidente del Gobierno, en la mayor parte de los casos por las políticas antiterroristas que puso en práctica José Luis Rodríguez Zapatero.

Esta vez, en lo que es el año de mayores recortes sociales y económicos en la historia de la democracia, lo que se teme es que Mariano Rajoy tenga que hacer frente a las protestas de otros grupos. Las salidas del Presidente a la calle están siendo cada vez más 'accidentadas'. Hace poco, por ejemplo, se encontró en Santiago de Compostela con la escasez de la simpatía que le mostraron los afectados por el asunto de las participaciones preferentes.