Ni la ronda de consultas con Felipe VI ni las negociaciones trastocan los planes del Partido Socialista. En Ferraz no tienen ninguna prisa por celebrar la investidura, en contraposición a un Partido Popular que insiste en una presión constante al Jefe del Estado para designar a Alberto Núñez Feijóo como candidato. En Génova quieren meter un acelerón al calendario y adelantar la primera votación incluso antes de finalizar el mes de agosto, mientras lo fían todo al apoyo del PNV a pesar de que éstos han subrayado su ‘no’ al líder gallego. Altos cargos del PSOE lo tienen claro: “Nosotros no estamos en una competición para ver quién va primero”. Su postura se levanta sobre los cimientos de la prudencia y remarcan el aislamiento parlamentario del jefe de los conservadores. “Si Feijóo necesita un tercer tropiezo, no le quitaremos esa idea”, aseguran fuentes próximas a la Ejecutiva Federal.

Tranquilidad y prudencia, que sea Feijóo quien lleve la voz cantante y se queme. Ferraz estableció los puntos de su estrategia en plena resaca electoral. No habían pasado ni 24 horas desde el amargo triunfo del Partido Popular en las urnas cuando Sánchez citó a la Ejecutiva para analizar los resultados que habían arrojado las elecciones generales. Desde entonces, el presidente del Gobierno en funciones suavizó los niveles de euforia y marcó la pauta de lo que serían los próximos meses. Las directrices fueron claras. “Que sea Feijóo el que se cueza en su salsa”, comentaban en privado los socialistas, replicando las palabras del líder en el cónclave prevacacional. Estrategia que, aún hoy, tras superar el trámite de la Mesa, se mantiene; contraponiendo las prisas que el jefe de los populares imprime a los suyos.

En Génova, el ambiente es diametralmente opuesto. Creen a pies juntillas que será el líder del PP el candidato designado por el Jefe del Estado. De hecho, según fuentes próximas a la dirección nacional del partido, manejan que la sesión de investidura se pueda celebrar la próxima semana, estableciendo el 30 de agosto como fecha tope para la votación y que, a la postre, será la que delimite todos los plazos en caso de toparse con el rechazo de la Cámara Baja y la necesidad de una segunda sesión. En connivencia con estas predicciones, los populares mantienen la presión sobre Felipe VI para que éste se decante por Feijóo y cumplir con los plazos previstos. Todo ello pese a que en sus calculadores siguen sin dar los números, máxime cuando el PNV ha reiterado por activa y por pasiva que no cederá sus votos a una opción que contará – a priori – con el visto bueno de la ultraderecha de Vox, más allá del escaño de UPN y el de Coalición Canaria, aunque este último está en el aire.

Sin prisas

Los socialistas no tienen prisa alguna. De hecho, la fotografía que desean es la de un Feijóo derrotado en el Parlamento; debilitado ante la palpable falta de apoyos más allá de los de un Santiago Abascal que amenazó con retirarle su apoyo tras el pleno constitutivo. “Nosotros no estamos en una competición con el PP para ver quién va primero a la investidura. Lo que decida el Jefe del Estado siempre estará bien”, comentan voces autorizadas a ElPlural.com. Dicho de otro modo: “No vamos a darnos codazos con Feijóo”. Las directrices son claras y los tiempos que manejan en el cuartel general del PSOE así lo constatan.

"Si Feijóo necesita un tercer tropiezo para darse cuenta de la realidad que le rodea, no seremos nosotros lo que le quitemos esa idea"

La cúpula de la formación socialista, por prudencia, se fija como potencial fecha para la sesión de investidura el 27 de septiembre. Es la opción que más encaja en los planes del PSOE, máxime cuando sobrevuela la amenaza de una repetición electoral para el 7 de enero en caso de que el pleno se celebrara antes. Opción que rechazan la totalidad de fuerzas políticas al tratarse de una jornada después a la festividad de Reyes y el regreso de muchos españoles de sus vacaciones navideñas. Por tanto, en caso de materializarse en la fecha deseada por el Partido Socialista, no se llamaría a votar hasta una semana después; es decir, el 14 de enero. Además, este calendario da pábulo a la estrategia de “dejar hacer” a Feijóo, dándole un mes de plazo para que encadene fracaso tras fracaso en las conversaciones con los grupos parlamentarios.

Así las cosas, insisten en que la carrera hacia la Moncloa no toma ventaja el que primero se someta a la investidura, sino el que lo haga con los apoyos necesarios. Concurrir al pleno sin una mayoría relativamente solvente, supone la práctica inmolación del proyecto y, por supuesto, del candidato. Al menos así lo entienden entre el equipo de estrategas de Ferraz, con Pedro Sánchez a la cabeza. Resortes del partido recuerdan que el PP ya recibió el severo correctivo del 23 de julio, asumiendo como una realidad las encuestas favorables. Tras ello, llegó el varapalo de la constitución de las Cortes y de la Mesa del Congreso, donde además se evidenció la fractura en la derecha.

“Si Feijóo necesita un tercer tropiezo para darse cuenta de la realidad que le rodea, no seremos nosotros lo que le quitemos esa idea”, resume un alto cargo socialista a este periódico. En privado, en el seno del partido, ironizan con la cerrazón del líder del Partido Popular: “Parece que necesita más información y si tiene que ser en una investidura fake, allá él…”, precisan desde la organización socialista, manifestando al mismo tiempo un “profundo respeto” por la decisión que adopte el rey. “Naturalidad y ninguna presión al jefe del Estado, como hacen ellos (PP)”, rematan.