La presión de la derecha mediática y política sobre el PSOE se recrudece con el caso Koldo. El PP amenaza con convertir cada pleno en un juicio sumarísimo contra el Gobierno con la figura de Ábalos como arma arrojadiza. Por ello, el presidente del Gobierno y secretario general socialista, Pedro Sánchez, no demorará su actuación consciente del daño que cualquier caso de corrupción infligiría a un partido que ha enarbolado la bandera de la limpieza y pureza frente a un PP manchado. Este lunes, se reúne la Ejecutiva de la formación, sin el jefe, que estará en la inauguración del Mobile World Congress de Barcelona junto al Rey. Sin embargo, en el cónclave semanal se estudiará el fuuro del exministro que en su día promocionó a Koldo García. Según El País, será Santos Cerdán, sucesor del propio Ábalos en la Secretaría de Organización, el que intervenga en la reunión para dar la consigna ante la tormenta política que ha levantado el escándalo de las mascarillas.

En el horizonte socialista no hay un camino alternativo que no desemboque en la dimisión de José Luis Ábalos. En Ferraz creen que es la única manera de resistir al huracán del caso Koldo. La semana pasada ya se lanzaron las primeras píldoras. Mensaje unánime de rechazo al presunto enriquecimiento ilícito del excolaborador del que fuera ministro de Transportes y de sus socios, desvinculación total de toda la estructura y cooperación máxima con la Justicia. Estas son las tres primeras claves que lanzaron altos cargos del partido y del Gobierno, encapsulando un mensaje cifrado con dirección al ahora diputado raso por Valencia: si es culpable, que pague.

Desde el estallido del caso, la ejecutiva perfecciona la narrativa de control de daños, cuya estrategia desemboca en la salida del exministro del Congreso de los Diputados. Según El País, hay voces en Ferraz que entienden que su renuncia a su escaño se vería como una suerte de “cortafuegos” frente al relato de acoso y derribo que preparan desde Génova. Los conservadores diseñan un plan para trasladar toda la presión al secretario general del PSOE y a sus colaboradores más cercanos. Destacados miembros del Partido Popular ya dieron una pista de cuáles serían sus siguientes pasos con intervenciones como las de Elías Bendodo, quien describía a Sánchez como líder de “una organización criminal” encabezada por Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán y rebautizando la trama como “caso Ábalos”.

Relacionado Revilla habla claro y sale en defensa de José Luis Ábalos: "Es una persona honesta"

La Ejecutiva enseñó la pata

El viernes pasado, por primera vez, desde la cúpula del partido se apuntó abiertamente hacia Ábalos. La vicesecretaria general y vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, le enseñó la puerta de salida al exministro. Lo hizo en público, durante un acto en Cádiz, en un encuentro informativo organizado por el Grupo Joly, ante las preguntas de los periodistas. Si bien enmarcó la decisión en el ámbito de lo personal, sugirió a su excompañero en el Consejo de Ministros que dimitiese. Un mensaje sutil que no dejó a nadie indiferente: “Sé lo que yo haría y usted sabe lo que haría yo”.

Cortita y al pie. El recado de Montero no es sino la punta de un iceberg que esconde la salida del exministro de la estructura socialista. Los socialistas quieren cortar la raíz del problema y cuanto antes, para disminuir el nivel de decibelios. Sin embargo, la decisión final corresponde al propio Ábalos, quien ya dejó claro que no estaba dispuesto a convertirse en una suerte de “tributo a la derecha”. En cambio, sí se mostró predispuesto a estudiarlo en el marco de “un compromiso o de estrategia”. Bajo ningún concepto, reiteró, sería pasto de la sed de venganza del Partido Popular o de sus satélites.

Desde la Ejecutiva apelan, por tanto, a la “responsabilidad política” de Ábalos, instándole a dar un paso a un lado y abandonar la “vida pública”. Su estrecha vinculación con Koldo García le ha puesto en el disparadero, ascendiendo desde el puesto de chófer personal al Ministerio de Transportes para convertirle en asesor de máxima confianza y consejero de empresas públicas.

Con todo, Ábalos sortea los mensajes lanzados desde la cúpula de su partido, alegando que entendería que se exigiese su dimisión si continuara al frente del Ministerio. “Es evidente que en ese caso tendría que haber dimitido”, ha precisado el parlamentario por Valencia, quien, ante las cámaras de LaSexta, defendió su inocencia al tiempo que recordaba que no ha hecho nada para tener que renunciar a su escaño. “No estoy acusado de nada. Se me está planteando que quede inhabilitado políticamente. Posiblemente fuese de por vida. Me parece tremendo, quedaría estigmatizado”, resolvió.

En el partido, pese a las apelaciones directas a su dimisión, admiten que no existen motivos para abrir investigación alguna o cuestionarse su militancia al PSOE. Precisan, según El País, que el caso de Koldo García no guarda similitud alguna con el del Tito Berni, quien sí participó en la trama de Mediador. A pesar de todo, Ábalos no está dispuesto a atornillarse en su escaño a cualquier precio por el coste personal y familiar que está sufriendo. No obstante, tampoco está por la labor de ser un “tributo” del Partido Popular, máxime cuando no está investigado en el marco de la causa Delorme.

Con todo, continúa el fuego amigo sobre Ábalos. La ministra portavoz y también miembro de la Ejecutiva federal, Pilar Alegría, redobló la presión sobre el ex responsable de Transportes en el acto de presentación de Eneko Andueza, candidato del PSE a Lehendakari. “La derecha quiere construir en este país una tormenta. Quiere que se escuchen solamente el ruido y las mentiras. Este Gobierno llegó con el máximo compromiso por la transparencia y la lucha contra la corrupción, y ese principio sigue siendo firme hoy como el primer día”, subrayó la ex portavoz del PSOE, quien apelaba a los principios de su partido y en la “tolerancia cero con los corruptos”. “Sean quienes sean”, remachó.

Síguenos en Whatsapp y recibe las noticias destacadas y las historias más interesantes.