El pasado 11 de enero, Iñigo Errejón publicaba en su blog personal un largo análisis de los resultados electorales del 20D, “más allá de las urgencias de la contienda política coyuntural”. En esta interpretación de lo sucedido en las últimas elecciones generales, que titula "Abriendo brecha: apuntes estratégicos tras las elecciones generales", se incluye también todo un bloque que Errejón, que se muestra como verdadero ideólogo del partido que lidera Pablo Iglesias, dedica a explicar el proyecto territorial de la ‘formación morada’.

Iñigo Errejón, tras recoger su acta de diputado. Foto Flickr de Podemos



Unos párrafos que, por su interés, traemos aquí, reproduciendo alguno de sus párrafos.

“Traduciendo y fortaleciendo la hipótesis nacional-popular: la inclusión de lo ciudadano y lo plurinacional”
Así titula el propio Errejón este apartado de su escrito. Y aclara este concepto “nacional-popular” con un párrafo que resulta muy esclarecedor, en el que destaca el deseo de reforzamiento de una ‘patria nueva’ por parte de Podemos y que reproducimos (las negritas son nuestras)
“Como se explicaba en otro artículo, Podemos llegaba a las elecciones habiendo hecho una adaptación y refinamiento de la hipótesis nacional-popular que está en el corazón de su nacimiento como fuerza política. Según ésta, la crisis orgánica y la ofensiva oligárquica habían abierto una brecha entre el “país real” y el “país oficial”, que el 15M nombró, evidenció y amplió. El descontento y la desconfianza generalizados y transversales pero desanclados -que no encontraban cauce o contención en las identidades disponibles- posibilitaban una identidad política nueva: un espacio para un discurso patriótico de nuevo tipo, refundacionalista, que identificase los intereses nacionales con los de las mayorías golpeadas y maltratadas en los años del ajuste y la regresión democratica: la “gente” o un pueblo ya escasamente representado por un sistema político que da muestras de agotamiento”.

Habla Errejón en esta parte de su escrito sobre una supuesta desilusión de la ciudadanía, de ‘los españoles’ no sólo con los protagonistas del sistema político, sino del propio sistema y, como eco, de su propia identidad como pueblo. Una desilusión que, apunta el dirigente de Podemos, exige la renovación del concepto de nacionalismo español, de sentirse ‘patriota español’. Lo explica así (de nuevo, las negritas las añadimos nosotros):
“Al contrario de lo que se suele pensar, la problemática nacional en el Estado español no es la catalana o vasca sino, principalmente, la española. Al respecto, Podemos está logrando un encaje inédito: es al mismo tiempo la fuerza que más abiertamente reivindica un patriotismo español identificado con las condiciones de vida de la gente, con la defensa del pueblo olvidado por los de arriba, y la fuerza estatal de relevancia más firmemente defensora y comprometida con la plurinacionalidad –dado que en España convivimos diferentes naciones- y el derecho a decidir como pegamento para decidir qué encaje para un futuro compartido entre ellas”.

Es el ‘sentimiento patriótico español’ al que hay que reforzar, restaurar, realimentar, viene a decir el ideólogo de Podemos, y propone hacerlo desde la aceptación de la plurinacionalidad, cargando el concepto de regeneración, sobre este concepto de ‘patriotismo’ y no sobre el concepto ideológico “de izquierdas”, frente a derechas.

De nuevo él lo expone así (las negritas son nuestras):
“En términos político-electorales más inmediatos, en todo caso, y como se ha analizado arriba, la plurinacionalidad ha demostrado ser una apuesta ganadora: Una alianza fraternal y en pie de igualdad entre una fuerza nacional-popular española -ingrediente que ha faltado en otros intentos- y fuerzas nacionales o soberanistas en las periferias. Este sí era el pacto con capacidad de multiplicar y no el -tan querido por el régimen- “frente de izquierdas”: este apunta a un proyecto de país, no de una parte”.