El enfrentamiento entre Podemos y Sumar es una realidad que ha vuelto a quedar palpable en las últimas horas en la entrevista de Yolanda Díaz con Jordi Évole. Sin embargo, entre las pullas y los reproches que ninguna de las partes oculta, las dos tratan de aportar un resquicio de luz para con la otra, sin cerrar del todo la puerta -que, eso sí, está cada vez más entornada- a un posible acuerdo previo a las elecciones.

Una de las apuestas de los morados habría sido la de pedir a la vicepresidenta segunda su participación en actos de la formación de la que es ministra. Según concreta el diario El Mundo, los de Ione Belarra habrían trasladado lo que en ocasiones han hecho en público a la esfera privada y habrían solicitado a Díaz que interviniera de manera formal en algunas de sus puestas en escena. Ahí va la letra pequeña: solo de aquellos territorios en los que hay pactos de unidad entre Podemos y otra fuerza y nunca en los que existan coaliciones con Más País o Compromís.

De hecho, los morados saben que la vicepresidenta segunda puede hacer de fuerte en los dos lugares donde, en su caso Más Madrid y el partido valenciano tienen más fuerza y ellos pueden caer en las aguas de la no representación. El documento llegado al equipo de la ministra de Trabajo no ha obtenido respuesta.

Suben los decibelios entre Podemos y Sumar

Pese a la simulación de pacto de no agresión, la tensión va en aumento entre las partes en general y entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias en particular. Desde Magariños parece que el problema pasaba por las primarias que la vicepresidenta niega a los morados, pero ella fue muy clara también en este sentido el pasado domingo al expresar a Évole su opinión de que aunque se firmase un documento en el que se atiende a la petición de Podemos, éste no se integraría en Sumar porque “si no uno quiere, dos no acuerdan”.

Otro de los momentos incómodos durante la conversación ocurrió cuando el presentador puso sobre la mesa la no tan hipotética posibilidad de que el próximo 28M haya una papeleta una papeleta en la mesa electoral con Yolanda Díaz como cabeza de lista y otra con Irene Montero. “Yo no quiero eso, no sé cómo decirlo ya”, insistía la primera de las dos. A renglón seguido, el presentador explicó que ahora mismo en Madrid hay una lista de Más Madrid y otra de Podemos y preguntó a Díaz por su voto, poniéndola con ello en aprietos. “Tú te imaginas a quién voy a votar, como toda España…”, exponía la vicepresidenta segunda; a lo que Évole contestaba: “Me ha quedado bastante claro que va a votar a Mónica García”.

La cosa no se quedó ahí, y es que la entrevista dio para mucho, pero el gran señalado por parte de la ministra fue, sin duda; Pablo Iglesias quien, asumió Díaz, había tenido comportamientos machistas (lo mismo que Pedro Sánchez). Aunque sobre el que fuera secretario general de Podemos mantuvo asimismo que “estaba bastante gruñón”. “Está enfadado todo el tiempo y es verdad… Y se lo dije, estás hecho un cascarrabias”, añadía en unas palabras en las que también deslizó que su liderazgo “todavía es muy agudizado”.

Desde Podemos no se callan. Comenzando por Iglesias, éste acusó el “dolor”, el “cabreo” y la “tristeza” de los militantes de izquierdas con las declaraciones de Díaz en varias opiniones, algunas de las cuales también salpicaron en cierta medida a Évole. Así las cosas, devolvió el calificativo de machista solventando que “el desprecio de ayer -el pasado domingo- a las mujeres que mandan en Podemos” le parecía “fuerte”, mientras volvía a argumentar que Belarra había dicho las cosas de manera directa mientras Díaz se había puesto de perfil en cuestiones como la ley del Solo sí es sí o la Guerra de Ucrania: “Yo hago lo que me pide mi secretaria general. Ella me pidió ser un activo mediático, básicamente porque no hay casi nadie que defienda las ideas de Podemos en la televisión y en las radios (…) Sé que mucha gente quiere que me calle, empezando por muchos compañeros de Sumar (…) Les respeto y les entiendo, pero yo tengo debilidad por los partisanos que toman partido hasta mancharse bien manchados, como escribía Gabriel Celaya”.

Después de ver la entrevista -el propio Iglesias reconoció que no se había puesto frente a la televisión a las 22:30- Iglesias acusó la “ensalada de hostias” a la que, por otra parte, dice estar acostumbrado e, incluso, entender. “Pero no termino de entender en qué ayuda todo esto a construir la unidad electoral”, apostillaba. En definitiva, el exsecretario general sentenciaba que “esto aleja aún más a Sumar de Podemos”, aunque sigue haciendo hincapié en que “deben andar juntos” para evitar la posible derrota de la izquierda a finales de año.