La hemorragia morada no cesa. Podemos profundiza su crisis, especialmente en Madrid. Roberto Sotomayor, que fue candidato del partido a la Alcaldía de la capital el pasado 28 de mayo, ha presentado su dimisión y ha anunciado su salida de la formación este mismo lunes. El exatleta encabezó el proyecto antes de los últimos comicios municipales, con un hueco de privilegio en el Consejo Ciudadano Estatal, el máximo órgano de dirección, del que también se marchará Carolina Alonso. A la baja de Sotomayor se suma la de quien fuera coportavoz en la Asamblea de Madrid junto a Alejandra Jacinto, tras un pronunciado periodo de reflexión y subrayando la imposibilidad de conformar siquiera una “minoría crítica” ante el rumbo de la fuerza que en su día puso en aprietos al Partido Socialista.

Son momentos especialmente duros para Podemos. Tan sólo quedan rescoldos del brillo de un pasado no tan lejano, aunque la liquidez del tiempo presente invite a pensar que hace una eternidad los morados apretaban las tuercas a todo un PSOE. Sin embargo, aquel magnetismo con la ciudadanía se desgastó. Arrinconados por Sumar y en plena descomposición, la fuerza que dirige Ione Belarra padece una hemorragia continua. Su coordinador en Madrid abandonó el barco por los “constantes choques” con los magentas. Baja a la que hay que sumar otras dos, registradas este mismo lunes y que también se circunscriben, parcialmente, al ámbito madrileño.

Roberto Sotomayor ha sido el más madrugador. A primera hora de este lunes, el exatleta, que encabezó la tentativa de supervivencia morada en la ciudad de Madrid, ha presentado su dimisión. El excandidato de Podemos se ha dado de baja del partido, para más inri, más de un año después de su designación como candidato a la Alcaldía capitalina. “Hoy presento esta carta de dimisión de un órgano de dirección en donde prácticamente ya no se consulta ninguna decisión importante”, ha escrito Sotomayor en su perfil en la red social X, aludiendo también a la huida hacia adelante al grupo mixto para escapar de las ‘ataduras’ de Sumar. “Ni siquiera esto se ha consultado”, lamentaba.

Aparato monolítico

Los mismos motivos esgrime la que fuera su número dos en las listas al Ayuntamiento de Madrid y antigua coportavoz del Grupo Parlamentario de Podemos en la Asamblea de Madrid. Carolina Alonso, minutos después del anuncio de Sotomayor, hacía pública también su renuncia a ocupar un espacio en el máximo órgano del partido en la región, el Consejo Ciudadano Autonómico. La exdiputada morada, no obstante, sí figurará entre los inscritos de la formación tras varios días “meditando esta decisión”.

En una carta a la militancia, Alonso se mostraba reacia a las “decisiones en caliente”, pero tras consultarlo y meditarlo con personas de su entorno, ha decidido poner pie en pared y desligarse de la estructura orgánica de Podemos en Madrid. También de su “participación activa” en la formación, tal y como “venía haciendo hasta ahora”. “Hay motivos políticos, orgánicos y personales para tomar esta decisión que explico en esta carta, pero el principal es que he llegado a la conclusión de que es imposible poder ser siquiera una minoría crítica y no quiero contribuir a la desunión que ya nos está asolando”, ha escrito también en X, donde ha compartido una extensa misiva a sus seguidores.

El partido se ha adentrado en una fase monolítica, ajena a la visión crítica de antaño. Al menos así lo exponen sus miembros en sus respectivas despedidas. Un discurso que comparte también quien en tiempos fuera peso pesado del partido que fundó junto a Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero. El ideólogo de Podemos ha reaccionado en redes a la salida de Alonso, agradeciéndole su “esfuerzo” y lamentando la “mala noticia” que comporta su salida, asegurando que debe “profundizar aún más” en las cuestiones que fallan en clave orgánica.

Monedero ha sido más explícito que sus excompañeros. Ha redundado en el carácter monolítico de la estructura morada, percutiendo en que hay un sector a los mandos del partido que quiere “un grupo compacto que piense idéntico”. A ojos del ideólogo de Podemos, lo que busca la dirección morada “es una secta”. “Otros creemos en la pluralidad y el disenso”, ha apostillado, al tiempo que agradecía a Alonso que permaneciese como inscrita y le instaba a no irse “muy lejos” por lo que pueda devenir el futuro.

Crisis aguda

El goteo de bajas en Podemos es el pan de cada día desde hace unas semanas entre los morados. Sotomayor fue uno de los últimos fichajes estrella acometidos por Ione Belarra al asumir los mandos de la nave en 2021. Su baja supone un severo correctivo al aparato del partido. Uno más para la colección, donde se cuentan también las renuncias de Alonso, la de Jesús Santos de la semana pasada; además de las salidas de Jaume Asens y Jessica Albiach de la estructura de los Comunes.

Podemos no se recupera del shock que supuso el 28 de mayo, donde desapareció de la faz no solo de las grandes plazas, sino de ciudades más pequeñas donde hasta entonces contaba con relativo peso específico. La desaparición de las Cortes Valencianas, de la Asamblea de Madrid y de Canarias hirió de muerte a una formación que no hace ni diez años congenió con más de 5 millones de votantes y puso en aprietos a un PSOE que caminaba a tientas por la cuerda floja, aunque con el salvavidas intrínseco a su extensa historia.

En resumen, un frente amplio a la izquierda de los socialistas que se ha desmembrado por completo hasta quedar reducido, según sus críticos, en un rincón sin espacio para la diversidad de opinión. Apertura de miras por la que aboga Sotomayor en su carta a la militancia, en la que explica la visión estrecha que le atribuye a la dirección actual de los morados.

Precisamente este ha sido el escollo imposible de sortear para Sotomayor, la “renuncia al Frente Amplio y a la doble militancia (con Sumar)”. El exatleta ha a abogado por la “necesidad” de militar tanto en Sumar como en Podemos, dado que lo entiende como un “mandato de las calles”. “No comparto la decisión de no permitirlo de manera categórica. Esto puede servir para recomponer lazos rotos, viejas complicidades y entenderse el uno con el otro con el objetivo, precisamente, de construir unidad. Desgraciadamente, Podemos ha renunciado a ello”, ha rematado en su misiva el candidato morado al Ayuntamiento de Madrid.