El 23 de julio se interpreta en fueros orgánicos de los partidos como una segunda vuelta del “plebiscito” que la derecha planteó para el 28 de mayo. Las elecciones municipales y autonómicas fueron la ida de una eliminatoria a doble partido, cuya resolución podría remover las placas tectónicas del panorama político. No se trata exclusivamente de cambios de gobierno o de mayorías parlamentarias, sino en la estructura de los principales partido. Esta tesis la defiende públicamente el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien considera que una derrota de Pedro Sánchez en las urnas debería acompañarse de una renovación del aparato y un golpe de timón hacia una nueva era de liderazgo en el cuartel general de los socialistas.

A pesar de que aún falta más de un mes para la segunda cita con las urnas de este ajetreado 2023, hay quienes ya piensan  en el horizonte postelectoral. Tanto en positivo como en negativo. En las páginas del diario El Mundo, Emiliano García-Page reflexiona sobre la sucesión de Sánchez, aunque por el momento prefiere no escuchar nada sobre ello. “Es excesivamente pronto”, resuelve el flamante presidente de Castilla-La Mancha, que añade una nueva mayoría absoluta a su currículum. El barón socialista se abona a la idea de que aún queda un “margen de reacción” de una parte importante del electorado. De hecho, es precisamente eso lo que explotarán desde el entorno del jefe del Ejecutivo. Aparca los análisis que sucedan al 23 de julio, pero cree que siempre es bueno que haya “muchísima gente” optando por liderar un partido. “Lo peor es que nadie quiera”, agrega.

Page ha representado durante estos años una corriente que navega en dirección contraria a la Secretaría General del partido. A pesar de ser el único barón de esta tendencia en mantener el cetro de mando, no se ve con una “voz más autorizada que antes”, aunque comprende que “mediáticamente hablando” pueda parecer así. No obstante, en términos orgánicos hay muchas personas que “aguantan la vela del PSOE”, encendida incluso en sitios de acceso limitado para la izquierda. “Tiene mucho mérito”, prosigue el jefe del Ejecutivo manchego, quien argumenta que muchas derrotas en este 28M se explican sobre la base de haber planteado el debate electoral en clave nacional. “De haber sido en términos municipales, mucha gente hubiera barrido”, sostiene. En cualquier caso, pese a su deseo de que el PSOE tuviera más gobiernos autonómicos, no cree que ser uno de los pocos le conceda “ninguna capacidad de dar complejos” ni de ser un ejemplo “exportable” al resto del territorio.

Relevo en el PSOE

En cualquier caso, los resultados del pasado 28 de mayo propiciarán que el foco mediático recaiga sobre Page, él prefiere rehuirlo. “Me siento incomodísimo en ese papel”, subraya el presidente de Castilla-La Mancha, en un ejercicio por desquitarse de etiquetas. “No nos equivoquemos, muchos candidatos se han llevado una bofetada que no era para ellos, digamos que ha sido una patada en diferido”, profundiza el barón, aludiendo al “plebiscito” contra el presidente del Gobierno. Por ello, defiende que estos alcaldes o líderes de ejecutivos regionales son “tan válidos como antes de las elecciones”. “Sería absurdo pensar que sus opiniones ya no valen. Me molesta el protagonismo”, prosigue, no sin antes recalcar el “impresionante” capital humano con el que cuenta el partido. Precisamente sobre él se cimentará un nuevo PSOE en caso de que “las cosas se tuerzan del todo”.

Este supuesto podría darse tras el 23 de julio. Las elecciones generales no son sino una segunda vuelta del primer proceso electoral de este 2023. De hecho, Sánchez así lo interpretó y de ahí el adelanto de unos comicios que estaban previstos para finales de año. “El presidente vino a decir que ha entendido el mensaje de estas elecciones. Si se repite, no digamos ya si se hace más agudo, realmente quien lo tiene que terminar entendiendo es todo el partido, ¿no?”, se pregunta el jefe del Ejecutivo autonómico.

No obstante, la preocupación no le sobreviene a Page por un cambio de liderazgo, sino en el caso de que hubiera periodo de sede vacante y nadie quisiera hacerse cargo del poder orgánico. “El único escenario que me abruma es el de que se abra un abismo. Abismo y vacío. En los partidos mientras haya ganas de ganar y ambición por representar el poder…”, resuelve el barón castellanomanchego, quien deja en el aire el carril por el que transitará el PSOE. “Del 23J va a depender la medicina que se emplee y la dosis”, remata.