Este martes Génova ha acogido un Comité Ejecutivo crucial para los intereses del PP. Tras una victoria agridulce para los intereses del PP en las elecciones celebradas el pasado domingo en Castilla y León, los barones territoriales y máximos exponentes de la hoja de ruta de la formación han puesto sobre la mesa su opinión acerca de la política de pactos. Con discrepancias, especialmente llegadas de la mano de una Isabel Díaz Ayuso que ve con buenos ojos intercambiar votos por sillones con Vox, ha sido Pablo Casado el encargado de anunciar la decisión final tras 48 horas desaparecido en combate, ausente, debilitado por unas expectativas demasiado altas o un resultado demasiado corto: “Nadie está en condiciones de ejercer ninguna tutela legal ni programática sobre el PP”.

En apenas 15 minutos, Casado ha tenido tiempo para arremeter contra Pedro Sánchez y recordar a Vox que el PP es “la casa común del centroderecha” nacional: “Somos la memoria y el tributo frente a quienes dieron su vida en favor de la libertad. Somos el partido que derrotó a ETA. Somos un partido español, que sirve a España, y sobre estos principios es sobre los que se fundamenta nuestro trabajo. Ningún partido ha hecho tanto frente a quienes quieren destruir. Nadie está en condiciones de ejercer ninguna tutela legal ni programática sobre el PP. Somos la alternativa al populismo y el radicalismo. La semilla del populismo puede tardar más en ofrecer su fruto, pero siempre es amargo. La radicalidad nunca pacifica, siempre empeora; nunca resuelve, solo multiplica problemas".

Casado, además, ha recordado que la decisión de con quién formar Gobierno corresponde a Mañueco, quien, en palabras del líder del PP, ha pedido “un gobierno fuerte, sólido, en solitario”: "Somos un partido que dialoga y alcanza acuerdos, pero quiero decir una cosa muy clara: tenemos límites. Nuestros principios son nuestras condiciones y no vamos a renunciar a ellos. Nunca. Quien quiera pactar con nosotros tendrá que aceptarlos", ha añadido el presidente del PP, cerrando así la puerta a un pacto programático en el que se den pasos atrás –como la derogación de las leyes en defensa de la violencia de género-. “Lo cómodo sería dejarse llevar en la deriva institucional, pero el PP quiere ejercer el liderazgo de hacer políticas para todos. No podemos gastar más tiempo en refriegas estériles por ver quién tiene la última ocurrencia. El patriotismo no es solo decir lo que piensas, sino pensar lo que debes", ha subrayado. 

Sobre las amenazas de Vox, cuyos dirigentes ya han pedido entrar en el Gobierno con el peso proporcional de las urnas y en igualdad de condiciones con Cs, anterior socio de coalición del PP, Casado se ha limitado a tirar de repertorio e incidir en la idea de grandeza que envuelve a su formación: “Hay quienes están más preocupados por sustituir al PP que por cambiar al Gobierno. Lo segundo les resulta imposible y lo primero, les avisamos, no ocurrirá. La fragmentación del voto solo beneficia a los populismos. En democracia es necesario reunir votos. Lo demás es perder, que gobiernen otros, los peores, así de simple".

Análisis electoral

Casado había estado desaparecido desde que el escrutinio avanzó e indicó que el PP había convocado elecciones para ganar un puñado más de votos, conseguir dos procurados extra y cambiar a Ciudadanos, un socio en caída libre y sin más pretensión que aguantar el máximo tiempo posible en las instituciones, por Vox, un animal cuyas dimensiones no dejan de crecer en detrimento de los populares. Sin embargo, más que autocrítica lo que ha habido en la intervención del líder del PP han sido excusas, balones fuera, críticas a los medios de comunicación y un triunfalismo exacerbado que no acaban de creerse ni internamente.

"Jamás esta dirección ha presionado ni opinado sobre el adelanto electoral en Castilla y León. No podemos permitir que se mienta y se nos insulte en demasiados lugares. Esto no se había vivido nunca, esta lluvia ácida de fake news tan corrosiva. Ni tampoco se había vivido antes una degradación institucional tan grande: Sánchez ha utilizado el CIS, la mesa del parlamento nacional, el Congreso, el Consejo de Ministros y el BOE para que perdiéramos las elecciones, pero pinchan en hueso. No admitimos presiones de ningún tipo", ha asegurado el líder del PP, al tiempo que ha sostenido que “es el sanchismo el que debe analizar por qué pierde” y ha tendido su mano a Alfonso Fernández Mañueco para que encabece unas negociaciones transversales con el fin de lograr un gobierno conformado única y exclusivamente por dirigentes de la casa.

"Mañueco ha pedido un gobierno fuerte, sólido y en solitario, sin la espada de Damocles clavada a su espalda. Para nosotros la igualdad no es negociable. Todos estamos de acuerdo. No aceptamos el colectivismo que busca dividir, ni el revisionismo constitucional. Creemos en la España plural. Hablamos de lo que hizo posible la Constitución, de consenso, de concordia, de justicia. Necesitamos unir el reagrupamiento de todos los constitucionalistas", ha sostenido el líder del PP.

Finalmente, y como hoja de ruta para seguir avanzando en el propósito de vencer las elecciones, Casado ha explicado que el centroderecha europeo atraviesa un momento complicado, pero que su partido, renovado tras su llegada, está en un buen punto de partida para conseguir alcanzar La Moncloa: "Debemos ser autoexigentes, pero no autodestructivos. La credibilidad y la confianza en nuestro partido son fundamentales. Somos un partido de Estado y de Gobierno, una institución que se debe a los ciudadanos (…) Hace poco más de un año os dije que nuestro espacio no es una pequeña parte partida por tres, sino la hegemonía de todo el centroderecha español. Así es como nos definimos”.