La OTAN ha activado los planes de Defensa para fortalecer la seguridad de los aliados tras la invasión rusa de Ucrania. La decisión, adoptada tras una reunión de urgencia del Consejo Atlántico, permite a la organización el despliegue de Fuerzas de Respuesta Rápida en cuestión de días. Un paso “prudente” para proteger a las naciones aliadas en la crisis.

La urgente reunión del Consejo Atlántico se ha saldado con la activación del artículo 4 del tratado, que prevé la asistencia ante el riesgo de un ataque. Tras el encuentro, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha confirmado la voluntad de los países aliados para robustecer la defensa del flanco oriental después de que Vladimir Putin activara la invasión de Ucrania.

Stoltenberg ha comparecido en rueda de prensa tras la reunión para confirmar la activación de los “planes de Defensa” a petición del jefe militar, el general Tod Wolters. “Se trata de un paso prudente y defensivo para proteger a las naciones aliadas en esta crisis”, ha comentado ante los medios de comunicación antes de ratificar que esta medida facilita el despliegue de fuerzas de reacción “si fuera necesario”.

El secretario general de la OTAN ha desgranado en su comparecencia que esta iniciativa ofrece cobertura a las naciones del frente oriental, además de amplificar la “autoridad” de los mandos militares para poder mover y desplegar fuerzas ante el escenario ucraniano. Así las cosas, la Alianza Atlántica quiere asegurarse de que sus tropas están “suficientemente preparadas” para afrontar la crisis actual.

La reacción de la OTAN

Se trata de un destacamento de hasta 40.000 efectivos con capacidad de despliegue en cualquier escenario dentro de un plazo de cinco días y durante un mínimo de 30. En fechas previas al estallido del conflicto, Estados Unidos anunció que alertaba a 8.500 tropas para apoyar una posible activación de las fuerzas de actuación rápida de la Alianza ante una presumible agresión rusa.

La estructura está compuesta por brigadas internacionales de la Fuerza Conjunta de Muy Alta Disponibilidad, unos batallones de miles de efectivos que, apoyados por fuerzas aéreas, navales y de operaciones especiales pueden desplegarse de urgencia para hacer frente a cualquier tipo de crisis de índole militar.

En 2022, Francia lidera las fuerzas de alta disponibilidad y unos 3.500 hombres de una brigada franco-germana ejercerán como núcleo principal de estas fuerzas en el presente curso. Esta clase de unidades se activan en defensa de los aliados y como elemento de disuasión ante una escalada de la crisis. No obstante, el secretario general de la OTAN ha limitado la acción de estos destacamentos al ámbito de la OTAN, recordando que la Alianza no posee tropas en Ucrania y, por el momento, “no hay planes” de desplegarlas.

Invocan el artículo 4

Hasta ocho países han invocado el artículo 4 del Tratado, cuyo objetivo es la asistencia de la OTAN a los aliados ante el riesgo de ataque. Bulgaria, República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia han recurrido a este precepto ante la preocupación que suscita la invasión rusa de Ucrania.

Stoltenberg ha reiterado que la organización está presta para proteger a cualquier miembro, subrayando que la OTAN ya cuenta con 100 cazas y 120 buques desplegados desde el Mar del Norte al Mediterráneo. En este sentido, ha abundado que la cláusula de defensa mutua del Tratado está blindada y conduce a la garantía de esa protección mutua ante las agresiones de Rusia sobre Ucrania. Los líderes de la OTAN quedan emplazados a una reunión de emergencia vía telemática convocada para este viernes.

Una nueva Europa

El secretario general de la Alianza ha adjetivado la invasión rusa como un “acto brutal de guerra”, lamentando que, pese a los intentos diplomáticos de frenar el conflicto, el Kremlin ha optado por la vía belicista. “La paz en Europa está hecha añicos”, ha aventurado Stoltenberg.

Se cierne sobre el continente una “guerra a gran escala” que creían enterrada por el peso de la Historia. El líder político de la OTAN ha remarcado que las acciones de “provocación rusa” corresponden a una “nueva normalidad”, por lo que los dirigentes de la Alianza Atlántica deberán estudiar una respuesta a este escenario de continua “retórica bélica”.

Stoltenberg entiende que tanto Europa como América del Norte han de hacer frente a una amenaza a sus valores por parte de un “régimen agresivo” que no duda en hacer uso de la fuerza para “coaccionar a otras naciones”. Esto conduce al secretario general a pronosticar “efectos a largos” a la agresión rusa sobre Ucrania. “No tendremos todas las respuestas hoy, pero veremos una nueva Europa después de la invasión a la que asistimos”, ha concluido.