El Cabo de Hornos. Ahí está clave y la singularidad de la crisis en España. La explicación al reguero de víctimas, millones, que está dejando la política del Gobierno. La desveló Rajoy sin querer en la primera jornada del Debate del Estado de la Nación y así, sin querer también, lo clarificó todo, con un símil al que pretendía darle otro sentido.
“Hemos superado con éxito el Cabo de Hornos”, espetó triunfal desde la tribuna del Congreso de los Diputados. El Cabo de Hornos, al sur de Chile, en el extremo más austral de Sudamérica, fue uno de los principales y más peligrosos hitos de las rutas de navegación alrededor del mundo. Se utilizaba para pasar del Atlántico al Pacífico, y viceversa, salvando el continente americano. Quien superaba el Cabo de Hornos con éxito podía decir que había dejado atrás lo peor.
Cuando fue investido presidente hace dos años, Rajoy eligió una ruta para sacar al país de una difícil situación económica. Ahora, dos años después, da por superado lo peor de la travesía, el Cabo de Hornos de la crisis. Pero alguien debería haberle dicho que desde que se abrió el Canal de Panamá (1914), ya a nadie se le ocurre utilizar el Cabo de Hornos, salvo que esté loco, no tenga ni idea de navegación o bien le importe un bledo la tripulación y para él y los suyos elija otro itinerario.
Así pues, el símil de Rajoy deja una lectura distinta a la que él quiso darle. Nos confirma que él solito decidió sacar de la crisis a la inmensa mayoría de españoles por el Cabo de Hornos, entre vientos rugientes, furiosos y aulladores (que así es como se conocen), olas imposibles e incluso icebergs, en vez de guiarnos por el tranquilo Canal de Panamá, que ahorra tiempo y sufrimiento.
Fue su opción, porque no era la única, y a juzgar por los resultados la peor de todas las posibles. Así, en España hay hoy 5.904.700 parados, por mucho que en el debate se empeñase en borrar a 404.700 rebajando la cifra a 5,5 millones; 1,8 millones de hogares sin ningún ingreso, un 55% de paro juvenil; un millón de empleos destruidos en dos años; 2,8 millones de niños en riesgo de pobreza; 3 millones de españoles en pobreza severa; 124.000 personas que abandonaron el país durante el último año o 35.000 desahuciadas durante el mismo periodo…
Estas son sólo algunas de las nefastas consecuencias de las decisiones de Rajoy con relación a la crisis y al insolidario e injusto reparto de cargas que impuso. El reverso es que mientras los españoles perdían su trabajo y hasta su casa, la banca fue rescatada con millones de euros que se guardó para salvarse a sí misma, dejando caer a familias y empresas por falta de crédito. A las grandes fortunas no se les ha exigido ni un solo sacrificio, más bien al contrario: el gobierno aprobó una amnistía fiscal para que blanqueasen el dinero negro amasado de forma ilegal en tiempos de bonanza. Para estos no hubo Cabo de Hornos, porque Rajoy y su Gobierno decidieron sacarlos de la crisis a través del Canal de Panamá, a resguardo de aguas peligrosas, olas gigantes, vientos furiosos e icebergs.
En realidad, Rajoy ideó dos rutas para salir del pozo económico en el que estábamos. Y si dijo lo que dijo en el debate es porque hablaba sólo para los que fueron conducidos por el Canal de Panamá. Y sí, tiene razón, para los bancos, para los grupos más pudientes, las grandes fortunas… para muchos de los de la buena estirpe todo va mejor que hace uno o dos años.
Por eso su triunfalismo fue realista sólo con una minoría de este país y profundamente insolente con la realidad que viven millones de españoles. La inmensa mayoría. El suyo fue un debate en la línea de “Operación Palace”, “Operación Luna” o “La guerra de los mundos”. Una pura ficción, un mockumentary (mock=burla) que nadie se tragó narrado desde la tribuna del congreso a lo largo de 44 folios en los que explicó la cómoda travesía por la crisis, a través del Canal de Panamá, de un reducido grupo de españoles.
Para los demás, el infierno del Cabo de Hornos.
PD: De regreso del Cabo de Hornos, nos encontraremos con el desmantelamiento generalizado de todo lo que nos hacía iguales. La educación, la sanidad, la dependencia… el estado de bienestar, incrementando así nuestro nivel de dependencia de aquellos que atravesaron la crisis a través del Canal de Panamá. Y así, el objetivo que siempre anheló la derecha pero al que nunca se atrevió, al fin cumplido.
Xosé Carballo es periodista
España
Operación 'Cabo de Hornos': el montaje de Rajoy
Sin querer, el presidente desveló con un símil la clave sobre su gestión de la crisis: ha ofrecido una ruta tranquila para las grandes fortunas y otra tortuosa para el resto

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