La relación de las mujeres con la tierra se remonta al principio de los tiempos. Con anterioridad al origen de la agricultura en el período Neolítico, las mujeres ya recolectábamos frutos y raíces, desempeñando un papel fundamental para la supervivencia de la comunidad a la vez que cuidábamos de nuestros hijos e hijas.
Pero la historia de las mujeres siempre ha sido escrita bajo el dictado de la desigualdad y, esta relación ancestral, lejos de otorgarnos un papel fundamental en la que hoy es una de las principales actividades económicas, también nos relegó durante siglos a un rol secundario.
Mientras el trabajo y el esfuerzo empleado en la explotación de la tierra era compartido entre hombres y mujeres, solo ellos solían tener derecho al salario y a la correspondiente cotización, también a la gestión, la toma de decisiones e incluso a la propiedad. Tuvieron que pasar siglos para que las mujeres del mundo rural alcanzásemos grandes hitos, por ejemplo, el derecho a la cotitularidad, que llegaría en 2011 de la mano de un gobierno socialista.
Sin embargo, el gran poder de las mujeres agricultoras, ganaderas y artesanas reside en su capacidad para, a lo largo de todo este tiempo, crear lazos, generar sinergias y tejer toda una red asociativa que realiza una enorme labor de visibilidad, soporte y reivindicación por los derechos y la igualdad.
El campo, alejado de las grandes urbes, ha sufrido los vaivenes de cada tiempo, incluidos el éxodo y el abandono, pero nosotras siempre hemos permanecido presentes en él, conservando las costumbres, custodiando las tradiciones y cuidando de la cultura rural.
Según ONU Mujeres, la presencia femenina en la actividad agrícola mundial es muy representativa, ocupando el 43% de la mano de obra. En nuestro país y, muy especialmente en nuestra comunidad autónoma, Andalucía, el sector primario es uno de los tradicionales motores económicos y, además, revela datos muy interesantes como los relacionados con el emprendimiento femenino.
El Observatorio del Emprendimiento de España apunta en su Informe Emprendedoras Rurales en España que el 20% de las mujeres del entorno rural está emprendiendo y demostrando una importante capacidad empleadora, así como una gran habilidad para impulsar modelos sostenibles social y medioambientalmente.
Y, aunque son datos muy esperanzadores que muestran definitivamente el gran trabajo de las mujeres en el mundo rural, también existen aún dificultades por superar relacionadas casi todas ellas con una discriminación por razón de sexo que se ve agravada por los condicionantes de vivir en las zonas rurales.
Así, a la brecha salarial, las dificultades de conciliación o el menor acceso al crédito, se suman en muchos casos la escasez de unos servicios básicos de calidad como los sanitarios, educativos o las propias comunicaciones.
En este sentido, cabe destacar el papel clave de las administraciones locales, autonómicas y estatales para vertebrar la igualdad territorial. Apostar por la igualdad es también ser consciente de que cualquier carencia, como las mencionadas anteriormente, activan en nosotras el peso de la doble discriminación.
En el Partido Socialista mantenemos un firme compromiso con la igualdad, la justicia social y el desarrollo sostenible del medio rural. Este compromiso se materializa desde el Gobierno de España con una mirada feminista trasversal, que parte desde cada uno de los ministerios con medidas concretas, innovadoras y relevantes. Con motivo del Día Internacional de las Mujeres Rurales, algunas de estas iniciativas han quedado recogidas en nuestro manifiesto.
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se han promovido medidas pioneras como la incorporación de la perspectiva de género en la Política Agraria Común, lo que ha permitido establecer un trato preferente para las mujeres en las ayudas de la PAC. También se ha fomentado la titularidad compartida en explotaciones agrarias mediante campañas informativas y líneas de ayuda que han ido creciendo año tras año.
Los fondos destinados a entidades de mujeres rurales se han visto reforzados y se han recuperado los Premios de Excelencia a la Innovación, que visibilizan proyectos transformadores. A ello se suma la creación del programa de mentoría Crecemos Juntas para emprendedoras, y la actualización del Diagnóstico de Igualdad de Género en el Medio Rural, herramienta imprescindible para diseñar políticas ajustadas a la realidad.
Este compromiso socialista con la igualdad se ha consolidado también a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, donde la igualdad de género se establece como uno de sus cuatro ejes transversales, junto con la transición ecológica, la transformación digital y la cohesión social y territorial.
Pilares que impactan directamente en la mejora de las condiciones de vida de las mujeres rurales, impregnando todas las medidas e inversiones del plan con perspectiva de género y destinando recursos específicos para reducir la brecha existente en el medio rural.
En materia de protección frente a la violencia de género, el Gobierno ha incorporado al Pacto de Estado un apartado específico que reconoce las particularidades que enfrentan las mujeres víctimas en entornos rurales. Esta inclusión permite diseñar respuestas más eficaces y adaptadas a sus realidades, reforzando la atención, la prevención y la coordinación institucional en todo el territorio.
Hoy 15 de octubre, Día Internacional de las Mujeres Rurales, es una fecha para marcarnos en la agenda nuevos objetivos mientras celebramos los avances ya alcanzados. Es un día para poner en valor la fortaleza y la perseverancia de las mujeres del mundo rural. Pero, también es un día para seguir teniendo muy presente que somos imprescindibles para el futuro de un mundo rural sostenible y que nuestro éxito será aún mayor si seguimos tejiendo redes y caminando de la mano las mujeres, el movimiento asociativo y las instituciones.
Olga Manzano
Secretaria de Igualdad del PSOE de Andalucía