La presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga (c), junto a su secretario general, Iñaki Oyarzábal (i), y su portavoz en el Congreso de los Diputados y presidente del partido en Álava, Alfonso Alonso, durante la reunión mantenida este miércoles en Vitoria por la Junta Directiva del partido. EFE



La lucha por el poder político en el PP vasco ha llevado a la formación a una crisis de dimensiones similares a la que se vivió en 2008 tras la marcha de María San Gil, por sus desavenencias con Rajoy. Los protagonistas ahora son la actual presidenta de la formación, Arantza Quiroga, y el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, el hombre fuerte del partido en Álava. Lo que ha desatado la crisis ha sido la decisión de Quiroga de prescindir del actual secretario general, o sea, su número dos, Iñaki Oyarzábal, el hombre de Alonso. Este fin de semana se celebra en San Sebastián el congreso extraordinario del PP vasco en este escenario y con la amenaza en el aire de Quiroga que ha advertido de que dimitiría si no la dejan hacer, aunque luego dijo que seguiría adelante. En Génova, según la versión oficiosa de La Razón, no ha gustado el “gesto de autoridad” de la política.

La decisión de destronar a Oyarzábal
El 10 de febrero pasado, Quiroga hizo saber a los presidentes provinciales su intención de destronar a Oyarzábal, a quien le había comunicado días antes su decisión. La presidenta del PP vasco dio a conocer entonces su alternativa, Manuel Uriarte, concejal de Hacienda de Vitoria. Según adelanta El Mundo, este dio a la presidenta en un principio el sí, pero luego reculó y al final declinó el ofrecimiento. Un gesto que Quiroga percibió como resultado de la presión de Alonso, desde Madrid, quien prefiere la opción de Javier de Andrés, diputado general de Álava.

Un escenario político difícil para el PP
El PP vasco enfrenta este fin de semana un congreso que tiene el fin de avalar la figura de Arantza Quiroga en un entorno político difícil para el PP, frente a la solvencia del PNV y el PSC y el fortalecimiento de Bildu, sin descartar la acción de Vox, que integran expopulares como Santiago Abascal.

La revancha de Quiroga
El País habla de revancha política por parte de Quiroga por el desprecio al que la sometió Alonso en octubre de 2013, cuando no la invitó al encuentro que mantuvo la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con el PNV, tras reunirse antes con dirigentes del PP vasco, en la sede de Bilbao.

El pulso entre Cospedal y Sáenz de Santamaría
De hecho, El País ve detrás de la crisis en el PP vasco el pulso permanente entre Génova y La Moncloa, es decir, entre María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Esta última estaría detrás de Alonso, mientras que Génova apoya a Quiroga. De acuerdo con esta versión, la dirección nacional del partido estaría presionando a Alonso para que aparte sus pretensiones de seguir influyendo en el PP vasco.

La Razón, el diario más oficialista, que asegura que en Génova se han encendido las alarmas por esta crisis, reprochan a Quiroga su “gesto de autoridad” y avalan la elección de Alonso para secretario general, Javier de Andrés, a quien consideran “un hombre listo, duro y con muy buena interlocución con todo el mundo”.

En Génova hay malestar con Quiroga, apunta La Razón, porque “quiere controlarlo todo y hasta ha criticado en reuniones internas la lógica interlocución de Madrid con el PNV”. Eso sí, de cara a la galería, añade el diario, tanto el líder popular, Mariano Rajoy, como María Dolores de Cospedal, darán su apoyo público a Quiroga.

Las críticas de Quiroga al lamentable espectáculo del caso Bárcenas
La política vasca ha demostrado tener carácter y no siempre para agradar a la cúpula del PP. En junio de 213, en un desayuno en Madrid, en medio de revelaciones sobre los sobresueldos en B del partido, dijo, ante las narices de Rajoy que “los militantes están asqueados” con el ‘caso Bárcenas’. “Mientras algunos íbamos temblando a los plenos, otros estaban en la política" para enriquecerse”, afirmó Quiroga. Unas palabras de difícil digestión para el líder popular, cuyo nombre aparece en la larga lista de Bárcenas sobre los que presuntamente cobraron.

En julio, Quiroga volvió al ataque, cuando afirmó que los fondos ilegales con los que según Bárcenas se financió el PP vasco procedían de Génova, e insistió en "el asqueamiento de la sociedad respecto a determinados comportamientos de la política".