Esta legislatura está marcada de raíz por un clima preelectoral constante. Desde las elecciones del 23 de julio de 2023, la polarización política y el extremismo del electorado han contribuido a un choque permanente entre los dos bloques ideológicos -aparentemente- antagónicos. Pese a la aritmética parlamentaria y la precariedad del Gobierno, el presidente Pedro Sánchez tomó la decisión de dar la batalla en vez de rendirse. Incluso después del surgimiento de las presuntas causas de corrupción que acecharían a figuras de su más estrecha confianza. Sánchez, empeñado en extender la sensación de estabilidad, ha augurado que no pretende adelantar la cita con las urnas, pero tanto él como su equipo llevan preparándose para hacer algo parecido a ello desde el fin del verano.
En el mejor de los escenarios electorales, el PSOE le arrebataría el primer puesto a un Partido Popular muy exigido por Vox, que quedaría como tercera -y poderosa- fuerza política a poca distancia de los azules. Esto provocaría el enésimo cataclismo en el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo que vería reflejadas todas las descalificaciones y desligitimaciones del relato que ha extendido sobre el Gobierno tras perder las elecciones sobre su propio espejo, lo que sería una señal de reprobación y confort para con el proyecto de Sánchez tras más de 7 años en el poder.
La cota 46 vs La cota 47
El que fuera jefe de Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Iván Redondo, ha señalado la única casuística posible que permitiría una situación de bloqueo a derechas y de agregación a izquierdas. Lo que ha denominado “cota 46” y “cota 47”: si la derecha en su conjunto supera una suma de un 47% de los votos, “Sánchez no podrá conformar un Gobierno”. En cambio, ha explicado Redondo, una derecha por debajo del 46% de los votos volvería a las andadas de los últimos comicios. “Se abriría de par en par la posibilidad de bloquear la investidura de la derecha”, ha dicho en su artículo semanal para La Vanguardia.
Además, Redondo ha recordado que, antes de que la Ley de Amnistía desbloquease todos los resortes pendientes, tras la errática estrategia de un Feijóo que se presentó a una investidura que tenía “perdida de antemano”, existió una mayoría de bloqueo, que no de investidura. “Cuando España vuelva a votar, la ley de Amnistía será constitucional y Carles Puigdemont estará instalado en Girona”, ha barruntado, y por tanto, “en el caso hipotético de que la derecha no superase la cota del 46% en las próximas generales, un nuevo bloqueo gana probabilidades a falta del desbloqueo”.

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La clave del éxito de la cota 46, ha apuntado el consultor líder del Grupo Redondo, radica en la “reducción de transferencias del PSOE en favor de las derechas” (300.000 al PP y 250.000 a Vox según los datos del CIS) y en la estrategia de la izquierda a la izquierda del PSOE. Al sol de hoy, la gran mayoría de las primas de las circunscripciones medianas han virado de espectro: en 2023 fueron a Sumar y en 2025, supuestamente, los absorbería Vox. Redondo ha apuntado que “si el antiguo espacio de ruptura”, a la izquierda del PSOE, no presenta, por tanto, “una candidatura competitiva que intente pelear con Vox por la tercera plaza en las circunscripciones pequeñas y grandes”.
En esta inversión ética y moral en la que nos encontramos hay que volver a lo básico: las convicciones 🥷🏻 https://t.co/JmdTMUbMsB
— Iván Redondo (@thewarroomblog) December 1, 2025
Acierto de Rufián, desacierto de Podemos y Sumar
El que fuera mano derecha de Sánchez ha valorado “acertadamente” el rol del diputado y portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en la Cámara Baja, Gabriel Rufían, en este presunto proyecto de izquierda plurinacional aglutinadora, y ha recomendado que el malestar entre Sumar y Podemos está destinado a acabarse. En otras palabras, “sin sutura, Vox arrasa”. Con sutura, ha dicho Redondo, “la cota 46 serían de saque 175 escaños de la derecha”.
Sánchez debe competir contra sí mismo y la ley de hierro de la derecha para cometer otro milagro electoral. La política es, de hecho y ante todo, “ese viaje perpetuo entre el miedo y la esperanza”, ha apuntado Redondo. Asimismo, ha remarcado que “el factor autoritario y centralista solo puede ser anulado, otra vez, por el factor plurinacional y periférico” que está descuidado y desmovilizado. ¿Sabrá la izquierda del PSOE evitar su “epic fail”?, se ha preguntado Redondo.