El exministro de Transportes, José Luis Ábalos, no ha dudado en lanzar la artillería contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Ejecutivo después de su entrada en prisión. Antes de que ésta estuviera confirmada, el que fuera sucesor de Óscar Puente en el cargo empezó a lanzar todo tipo de ataques contra el Ejecutivo de coalición y, concretamente, contra el PSOE y su secretario general tales como que se había reunido con Arnaldo Otegi en aras de la moción de censura a Mariano Rajoy.

Ahora, desde Soto del Real ante el riesgo de fuga, quien ha hablado en última instancia ha sido su hijo Víctor, que ha concedido una entrevista a El Mundo en la que prácticamente viene a decir que todo obedece a una conspiración por parte del Ejecutivo contra su padre.

En el diálogo con el periódico mencionado, Víctor Ábalos defendió que no es testaferro de su padre, ni ha cobrado comisiones, ni existe una fortuna oculta en Latinoamérica. En palabras de su hijo, han “destrozado la vida” a su padre y lanza fuego a discreción contra el exsecretario de Organización, Santos Cerdán, quien acusa que intentó comprar a Ábalos con todo tipo de ofertas y favores económicos.

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El hijo del exministro de Transportes intenta involucrar al responsable de Moncloa en este asunto, emitiendo que el secretario de organización le dio un “cheque en blanco” en su nombre, e incluye a Sánchez con otros nombres como el de Margarita Robles o Adriana Lastra, por quienes el máximo dirigente de los socialistas perpetra, indica, una “venganza”.


"La cama todavía está caliente de las veces que se ha quedado Sánchez a dormir"

La prueba que tiene Víctor Ábalos de todo son “conversaciones” que él había escuchado. “Cuando Sánchez relevó a mi padre, se preguntó: '¿Cómo va a destituir a su hombre fuerte, a su amigo?'. Le llamaba 300 veces al día, y la cama de su casa todavía está caliente de las veces que se ha quedado Pedro Sánchez allí a dormir cuando hacían las campañas siendo cuatro locos”, recuerda.

Apostilla que “el cese surge, además, cuando Robles se entera de que mi padre quiere ir a Defensa y que se le acaba el rollo (…) Si mi padre hubiese sido un corrupto, ¿por qué habría querido dejar el Ministerio de Transportes?”, preguntó. “En realidad, él quería pasar a un segundo plano en el Gobierno, en medio de un divorcio duro (…) A partir e entonces, el CNI hace un informe que me cuentan que fue elaborado sobre mi padre pero también sobre mí, con todo tipo de barbaridades. Nos enteramos de que existe ese informe porque hay un momento en el que el presidente le pregunta a Santos Cerdán 'quién es Víctor', en referencia a Víctor de Aldama”.

A partir de ese momento, cuenta a El Mundo, que se activa una “bomba interna controlada” contra Ábalos por parte del que califica como el Clan de Navalcarnero y de dirigente del Ministerio”. En concreto, relata que “se activan Ricardo Mar -entonces director de Gabinete de Ábalos- y de Pedro Saura -entonces secretario de Estado de Transportes- para hacerles la cama”. En esas, siempre en boca del hijo de Ábalos, se “abre un melón que provoca su cese y el presidente le deja vendido”.

Sobre Cerdán, lo considera un “hombre austero, sobrio”, cuya obsesión era “meter a Koldo García en Moncloa y, como no pudo, lo metió en el Ministerio de Transportes”. En estas, exculpa de la siguiente manera a su progenitor: “Si mi padre llega a saber que Santos tenía una empresa nunca lo habría permitido (…) Nadie sabe nada de Santos Cerdán, todo el mundo ponía la mano en el fuego por él. Su problema han sido las grabaciones de Koldo. Si no llegan a salir, seguiría como secretario de Organización del PSOE”.

Manteniendo un supuesto orden cronológico, dicta que “cuando estalla el caso, Santos Cerdán fue a casa de mi padre para que no cantara y le ofreció un cheque en blanco en nombre del presidente” que incluía trabajo en la consultora Acento o tertulias televisivas.

“Ha llegado tarde a la partida”

El hijo del ex responsable de Transportes asegura que su padre “ha llegado tarde a la partida” y que “no iba a hablar”, pero finalmente lo ha hecho porque “jugamos en un tablero predeterminado”.

“Mi padre se ha comido marrones que no ha merecido. Muchos marrones. Y ahora no le encuentran nada. Nadie se cree que vaya a fugarse. ¡Pero si todo el mundo lo conocería en el aeropuerto! ¿Qué va a hacer, operarse la nariz y ponerse pelo?”, cuestiona en tono jocoso.

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