Desde que Pablo Casado llegó a Génova, el Partido Popular ha navegado en medio de un mar, ya no de dudas, sino de engaños. Al menos así lo ha retratado el periodista Toño Fraguas, hijo del mítico Forges, a través de un hilo de Twitter en el que ha recopilado las fallas en el relato del dirigente conservador.

Pablo Casado está enfadado con la prensa. Dice que ‘si la verdad es irrelevante en el debate político, gana el que mejor mienta’”, escribe Fraguas en su cuenta de Twitter antes de dar al paso al hilo recopilatorio. El periodista ironiza sobre esta perla del jefe conservador y asegura que “si eso fuese verdad, ya sería presidente, porque de lo mentir sabe bastante (de lo de ganar, no tanto)”.

Uno de los principales puntos a repasar por el periodista han sido las declaraciones de el propio presidente del PP sobre ciertos pactos. En esta categoría, el presidente del PP ha sido muy exhaustivo durante sus años en el partido. Y es que, en cuanto a los pactos con otras formaciones políticas, entre las que destacan Vox y Bildu, el jefe conservador ha soltado una retahíla de medias verdades.

En lo tocante a la formación abertzale, Pablo Casado ha insistido por activa, por pasiva y por perifrástica los vínculos existentes entre el PSOE y Bildu, sobre todo en Navarra. Una de sus frases para el recuerdo es la siguiente: "No intente poner el foco en el partido de Ortega Lara (Vox) mientras negocian los presupuestos en Navarra con el partido de los carceleros de Ortega Lara. Hasta ahí podríamos llegar".

El jefe de los populares no parece recordar la ‘estrecha’ relación que tanto el PP vasco como el que fuera su jefe de campaña, Javier Maroto, han tenido con Bildu. De hecho, este último aceptó propuestas del partido de Arnaldo Otegui durante un debate sobre impuestos en el Ayuntamiento de Vitoria. Amén del acuerdo entre Bildu, Podemos y PP que permitió la apertura de una comisión de investigación sobre el fraude de los comedores escolares en el Parlamento Vasco. “Nunca vamos a pactar con los herederos de ETA”, llegó a decir el propio Casado.

Cambio de relato con Vox

El dirigente del Partido Popular ha experimentado un sorprendente cambio de criterio continuo con respecto a Vox. En octubre de 2018, Pablo Casado celebraba la creación de un nuevo espacio de “derecha” y aseguraba tener la “mejor opinión” sobre Santiago Abascal. De hecho, dejó claro que “no vamos a tejer un cordón sanitario frente a partidos constitucionalistas como Vox”.

Poco duraría esta camaradería con el dirigente ultraderechista, a quien, dos días antes de las elecciones generales de abril, tenía pensado entregar ministerios si hubiese llegado al Gobierno. Sin embargo, la dura derrota en los comicios propició un viraje en su relato. Vox se convertiría en una fuerza de “extrema derecha” y su líder ya no era tan simpático, sino alguien que vivía de “chiringuitos”.

Casado y el aborto

Otro de sus temas estrella, al menos del ‘anterior Casado’ era la polémica cuestión del aborto. En este aspecto, el líder del PP ha relajado su postura sobremanera. Sin embargo, hasta el primer batacazo electoral, el jefe de los conservadores vertió una ingente cantidad de inexactitudes al respecto.

“Lo que nosotros proponemos es volver a la ley que tenía consenso social en España, la de supuestos”, decía. No existía tal consenso y menos por parte de la que fuera predecesora de su formación. La Alianza Popular de Fraga votó en contra del texto y, de hecho, lo trasladó al Tribunal Constitucional.

Casado tampoco era capaz de comprender cómo “un país desarrollado puede tener aborto libre hasta la semana 20 o hasta la 22 en ciertos supuestos”. Otra inexactitud más, pues la actual legislación tan sólo permite el aborto libre hasta la semana 14 de gestación. Acoge más supuestos siempre y cuando exista un “grave riesgo para la salud de la embarazada” o anomalías que pueda presentar el feto “incompatibles con la vida”.