El periodista Hermann Tertsch ha dedicado su columna de ABC a la defensa de Ángel Carromero, el joven miembro del Partido Popular que fue encarcelado en Cuba por el accidente de tráfico que le costó la vida al disidente Oswaldo Payá. Tertsch se despacha a gusto con “los enemigos de la democracia española”, entre quienes señala a “la izquierda mediática” que ha convertido a Carromero en una “caricatura despreciable”, y con el Gobierno de Mariano Rajoy, “deseoso de cumplir” con “una de las peores dictaduras del globo”.

Según Tertsch, el caso de Carromero “es ya una página de vergüenza en las relaciones internacionales de España. Quizás el capítulo más negro de la política exterior bajo gobiernos del PP”.

Carromero y la Internacional socialista
Tertsch insiste en que Carromero “había acudido a Cuba con la muy loable intención de ayudar a Payá y otros demócratas permanentemente acosados por una de las peores dictaduras del globo” y compara su actuación con las ayudas de la “Internacional Socialista, Comunista o Democristiana” para crear estructuras políticas en España durante el franquismo.

Aterrorizar a Carromero
El periodistas asegura que desde España “se ayudó mucho (…) pero para aterrorizar al preso Carromero”. Tertsch se hace eco de las denuncias del joven popular y asegura que “que estuvo quince días con una vía intravenosa por la que se le suministraban sustancias que él desconocía” y que “se le amenazó de muerte si no hacía ‘la confesión’ atribuyéndose toda la culpa”.

El “público” español
“No podía contar la policía política cubana con un público más entregado que el de aquí”, asegura Tertsch, quien dice que “la izquierda mediática convirtió a Carromero en una caricatura despreciable”.

Deseosos de cumplir
El periodista también tiene lecciones para el Gobierno: “Salvo Aguirre, nadie tuvo un gesto con el afectado por este tremendo trauma. El chantaje cubano funcionó de forma automática. El Gobierno parecía deseoso de cumplir”.Tertsch acusa al Gobierno de paralizar “todos sus contactos con la disidencia y no sabemos qué más apaños vergonzosos pudo hacer”.

“Todo miserable”
Tertsch niega que esas medidas se tomaron para no perjudicar la extradición de Carromero, sino que “el Gobierno asumió esa condena basada en pruebas de los atestados de una policía política. Todo miserable. Y al final tenemos a unos jueces lacayos de una dictadura dictando una sentencia que acata el Gobierno de España”.

“Abismo de vergüenza”
El periodista también subraya que haya sido “un periódico extranjero” (el Washington Post) el que ha publicado el cambio de versión de Carromero, asegurando que “un coche del gobierno cubano nos embistió”. Y critica que el ministro Margallo, “en vez de anunciar de inmediato una investigación internacional, dice que a él no le ‘consta’”. “Todos miran hacia otro lado. Y alguno se atreverá a pedir respeto. Cuando lo que generan es un abismo de vergüenza”, concluye el periodista.