El Partido Popular se ha acostumbrado a enarbolar constantemente una retórica de confrontación y a eludir las responsabilidades de sus dirigentes autonómicos ante situaciones de difícil gestión. Se ha visto reflejado con diferentes ejemplos en los últimos años, como la gran nevada de Filomena, la DANA de Valencia y, ahora, la oleada de incendios forestales.

Mientras la gestión de diferentes sucesos radica en la administración autonómica, la incompetencia de estos gobiernos les ha llevado a rehuir la responsabilidad para culpar de todo al Gobierno central, pasando incluso por los bulos y las mentiras como arma para desacreditar la ayuda y la coordinación que proviene del Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Filomena: el primer caso

Cronológicamente, lo primero fue la nieve, en enero de 2021. Entonces, el Gobierno de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Madrid (Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida respectivamente) fueron protagonistas de una gestión marcada por la lentitud, la descoordinación y la elusión de responsabilidades, además de todas las polémicas que surgieron por los contratos millonarios a diferentes empresas afines para eliminar la nieve. Hasta Vox dejó solo a los 'populares': la entonces líder ultraderechista en la región, Rocío Monasterio, argumentó que "los meteorólogos acertaron" y criticó que el Gobierno regional "no colocara maquinaria para tratar de quitar la nieve" durante los días más críticos del temporal.

"La señora Díaz Ayuso no fue capaz de poner en marcha las brigadas forestales y el Ayuntamiento de Madrid debió haber previsto la nevada, porque los meteorólogos acertaron, haber colocado maquinaria para quitar la nieve y evitar tener hielo en las calles", argumentó entonces Monasterio.

A su vez, unas imágenes se hicieron virales representando la diferencia de gestión entre Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid, donde en las fronteras entre ambas comunidades se apreciaba cómo el lado madrileño estaba cubierto de nieve mientras que el lado de la autonomía dirigida por García-Page tenía la carretera limpia. 

La DANA de Valencia: el caso de Carlos Mazón

Más reciente en el tiempo, concretamente en octubre de 2024, llegó la DANA en la provincia de Valencia. La alerta para avisar a la ciudadanía de la tromba de agua que estaba a punto de caer llegó tarde, y el presidente autonómico, Carlos Mazón, se encontraba comiendo en el restaurante El Ventorro con la periodista Maribel Vilaplana. Se vieron imágenes dantescas de gente agarrándose a coches para intentar sobrevivir y de trabajadores aún en sus puestos a las ocho de la tarde, cuando el agua ya estaba haciendo estragos muy graves. 228 personas murieron y miles de ellas perdieron su hogar. Ante este panorama, el Partido Popular se limitó a escudar a Mazón y eximirle de toda responsabilidad, que dejaron caer en la descoordinación con el Gobierno central y el envío de ayuda por parte del mismocon la famosa frase "Si quieren ayuda, que la pidan", utilizada contra Pedro Sánchez y el Ejecutivo nacional.

"¡Mandad la alerta de una puta vez!", llegaron a ser las palabras empleadas por el presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó, en plena reunión de urgencia del Cecopi en el día de la DANA. El retraso en el envío a los teléfonos móviles de la población con el sistema Es-Alert continúa bajo investigación judicial. Aquellas palabras fueron dirigidas a la máxima responsable de las Emergencias, la ya exconsellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, para que mandase inmediatamente la alerta a la ciudadanía para advertir de los graves riesgos de la DANA. Tanto Mompó como otros cargos presentes en la reunión del Cecopi urgieron a agilizar el proceso del envío de la alerta, pero se encontraron con las prolongadas dudas de la consellera de dar la orden. Y es que Pradas no quiso dar un paso hacia adelante hasta que no habló por teléfono con el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, quien no se encontraba disponible por las razones expuestas.

La oleada de incendios forestales, el último ejemplo

El caso más reciente en el tiempo ha sido la oleada de incendios forestales de este verano, en la que las competencias para movilizar los medios disponibles para luchar contra el fuego y de tomar las medidas preventivas necesarias recaen sobre los Gobiernos autonómicos. La descoordinación ha sido un problema grave y en algunas comunidades, como Galicia o Castilla y León, fuentes del Gobierno han señalado que se habían dejado paralizados algunos medios que estaban disponibles para su utilización mientras, simultáneamente, se pedía más ayuda al Gobierno. 

Por su parte, Pedro Sánchez propuso desde Galicia la creación de un nuevo pacto de Estado para luchar con mayor efectividad contra la emergencia climática y contra desastres como este. El PP respondió al mismo negándose al considerarlo una "cortina de humo", y este jueves, el vicesecretario general de Política Autonómica y Municipal y análisis electoral del PP, Elías Bendodo, calificó de "pirómana" a la directora general de Protección Civil, Virginia Barcones, que lleva en la primera línea de la lucha contra el fuego desde hace ya dos semanas. 

Estos tres casos tienen dos signos comunes: en primer lugar, que el PP se ha valido de la descalificación y de lavarse las manos para no asumir responsabilidades políticas, y que son problemas en diferido, es decir, que podrían minimizarse en gran medida con mejor gestión, mejor previsión e inversión en medios para luchar contra las emergencias. El defensor del Pueblo ya advirtió hace tres años de que era necesario reforzar la prevención y la coordinación contra el fuego, en un país donde los incendios forestales proliferan todos los veranos y en el que la prevención es necesaria para que, cuando ocurran situaciones como la actual, no haya tantas dificultades en la actuación.

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