El Congreso de los Diputados ha avalado la nueva prórroga del estado de alarma solicitada por Pedro Sánchez. Esta medida excepcional se extenderá hasta el próximo 7 de junio, y no hasta el 27 como había previsto Moncloa para asegurar que España contara con este recurso legal necesario para que la desescalada pueda realizarse en los términos fijados por el Ejecutivo. Se trata de la quinta vez que se prorroga esta medida excepcional, y, como ha venido sucediendo en las sucesivas votaciones que han tenido lugar desde su puesta en marcha el pasado 14 de marzo, los apoyos han ido menguando y las críticas a la gestión creciendo.

De nuevo ha sido vital el voto favorable de Ciudadanos. Un apoyo que no es gratuito y que se ha producido después de alcanzar un nuevo acuerdo con los naranjas. Tras las conversaciones mantenidas entre la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la administración central se ha comprometido a estudiar durante los próximos 15 días una alternativa a la prórroga del estado de alarma (que deberá ser consensuada con Cs), aumentar un mes más la moratoria de pago de impuestos a las empresas afectadas por la pandemia, agilizar la tramitación de los ERTES para que se produzcan todos los pagos durante el mes de junio y hacer del mes de julio un mes hábil en el Congreso de los Diputados para recuperar parte del trabajo parlamentario que se ha atrasado por el virus.

Una serie de condiciones que han chocado de frente con ERC. Los soberanistas han votado en contra, advirtiendo a Sánchez del peligro que puede suponer entregarse a los brazos de Inés Arrimadas desoyendo a los socios del bloque de la moción de censura que le llevó a la presidencia. Una especie de encrucijada que no solo ha sido planteada por los soberanistas catalanes, sino también por EH Bildu, Compromís o incluso Más País. Solo estos últimos han votado a favor de la prórroga, aunque no sin el respectivo aviso de su líder, Íñigo Errejón: “El bloque de la investidura se está desvaneciendo. La prórroga del Estado de Alarma sale gracias a Más País. No pedimos nada para nosotros pero que nadie lo olvide. El Gobierno está en minoría y debe ser más humilde y escuchar para reconstruirlo”.

También ha vuelto a constituirse como un actor vital para cuadrar las cuentas parlamentarias el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Manteniendo el sentido de su voto en secreto hasta el final, finalmente han votado a favor, asegurando la mayoría necesaria para que el estado de alarma pueda ampliarse durante una quincena más. Un apoyo que no se entiende sin las cesiones realizadas por el Gobierno la última vez que se enfrentó al plebiscito del Congreso, votando a favor de la reforma del decreto que presentaron los liderados por Aitor Esteban y que cedía ciertas competencias a los gobiernos autonómicos.

Un pleno que ha contado con la oposición frontal de la derecha. PP y Vox han vuelto a plantear réplicas duras y cargadas de aseveraciones categóricas en contra de Pedro Sánchez. Animando a los ciudadanos a manifestarse en las calles, incluso han recordado las aglomeraciones que se dieron en el funeral de Julio Anguita para defender las protestas ciudadanas. Y no solo eso: las presuntas cesiones a ETA, los escraches, la monitorización de las redes sociales o que la Comunidad de Madrid siga en fase 0 han sido algunos de los argumentos recurrentes para condenar al Gobierno llegando a tildarlo de dictadura encubierta.

Argumentos que PP y Vox han entonado a la vez, solapando sus argumentos y complementando sus aspiraciones. Especialmente evidente ha sido esta unión durante la intervención de Macarena Olona, que ha aprovechado su pregunta en la sesión de control al Gobierno para defender a Isabel Díaz Ayuso del Gobierno y de los propios socios de Gobierno de la presidenta regional: “Para sus tareas ya tienen al infiltrado del señor Sánchez, Ignacio Aguado”.

15 días más de licencia para controlar movimientos y tratar de seguir reduciendo las cifras de contagios y fallecidos, permitiendo ciertas libertades controlando que no se produzca un nuevo brote. Las comunidades autónomas empiezan a exigir la vuelta de sus competencias, la derecha sigue politizando la pandemia y los socios habituales de Sánchez piden diálogo para que la legislatura no acabe antes de tiempo. Y, mientras tanto, Ciudadanos avisa a Sánchez: “No se equivoque, no tiene un nuevo socio”.