La destitución de Cayetana Álvarez de Toledo ha provocado todo tipo de reacciones. A la derecha del PP, la noticia cayó como un jarro de agua fría, dado que la ya exportavoz era un perfil que generaba cierta simpatía en Vox, como se pudo comprobar con sus reacciones. Sin embargo, en el Gobierno la sensación es totalmente diferente. Según revela El País, el Ejecutivo ha celebrado el cese de la aún diputada conservadora como portavoz.

Cayetana Álvarez de Toledo constituía un dique de contención entre el Partido Popular y el PSOE, tal y como se ha podido comprobar durante todas las sesiones de control en el Congreso de los Diputados, en las que la portavoz se enfrentaba a Carmen Calvo en una batalla encarnizada desde sus escaños.

Según recoge el citado medio, varios ministros entienden que el cese de Álvarez de Toledo no constituirá un giro estratégico completo del Partido Popular, sino que se trata de la principal víctima de una batalla de poder interna. No obstante, sí muestran su confianza a que la relación con los conservadores varíe sobremanera.

Consideran que, con Álvarez de Toledo lejos de los micrófonos, neutralizada por Pablo Casado y con el ascenso del perfil ‘moderado’ de Cuca Gamarra, el PP podría abrirse a más acuerdos con el Gobierno. Sin embargo, lo que dan prácticamente por hecho es que, a pesar del cese de su exportavoz, los conservadores no faciliten los Presupuestos Generales del Estado.

Por el momento, el primer escenario para valorar este cambio es la negociación entre el Gobierno y el principal partido de la oposición la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o el Tribunal Constitucional, así como el consejo de RTVE y el Defensor del Pueblo.

Álvarez de Toledo, en su comparecencia para explicar su cese y flanqueada por los leones que engalanan la puerta del Congreso, sentenció que Casado interpretaba que ella podría ser un problema para los posibles acuerdos con el PSOE. Estos pactos habrían facilitado su destitución y la aparición de perfiles más duchos a la hora de negociar como Ana Pastor.

En el Gobierno valoran que la salida de Álvarez de Toledo deja al descubierto una fuerte crisis interna en el Partido Popular, así como una rectificación estratégica de Pablo Casado. Según miembros del Ejecutivo, la pandemia, en lugar de afectar al Consejo de Ministros, se ha llevado por delante la cabeza de una representante popular y un rediseño de las líneas de actuación de los conservadores.