Baltasar Garzón asegura que tras las primeras horas de los atentados del 11-M ya la Policía sabía que no había sido ETA, pero “la instrucción de Moncloa” fue que había sido la banda terrorista. Según explica en una entrevista en El País, el entonces director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, hoy eurodiputado del PP, se lo reconoció así.

Por la tarde ya se sabía que no había sido ETA
Las dudas sobre la autoría duraron “hasta media tarde, no más". Pero, en opinión de Garzón, el Gobierno de Aznar “vio una utilización política positiva”, ya que el atentado “era tres días antes de unas elecciones y pudo pensarse que eso podía tener una rentabilidad: si no era ETA podían cambiar las cosas”. Está convencido de que “si por la policía hubiese sido, incluso varias horas después habrían dicho que eran yihadistas, no ETA”. En la misma línea se manifiestan el juez que presidió el juicio del 11-M, Javier Gómez Bermúdez, y el jefe de la Fiscalía en la Audiencia Nacional, Javier Zarzgoza. Todos están convencidos de que hoy ya nadie cree que ETA estuvo detrás de aquella masacre.

Imputó a tres peritos que falsearon el informe que implicaba a ETA
Garzón imputó en la Audiencia Nacional, en 2006, a tres peritos que admitieron haber falseado el informe que ligaba a ETA con el 11-M. El exjuez de la Audiencia Nacional recuerda que había vivido “en directo” -aunque estaba de vacaciones aquel día- el cerco a los terroristas del 11-M en Leganés. “Coincidió que llamé a Pedro Díaz-Pintado y Jesús de la Morena”, que eran máximos responsables policiales entonces. “Me dijo: 'Vamos a entrar ahora' y en ese momento los terroristas se inmolaron y falleció el policía”, Francisco Javier Torronteras, miembro del Grupo Especial de Operaciones.

La utilización política de los atentados
Garzón cree que “la utilización política de los atentados se convirtió en una escena permanente de acoso y discusión barriobajera”, en la que “se prescindió de las víctimas y peor: se estableció por primera vez dos categorías de víctimas en España: las de ETA y las del 11-M. Fue muy penoso y muy triste ver la persecución que se le hizo, por ejemplo, a Pilar Manjón, simplemente por discrepar de la oficialidad".

Gómez Bermúdez, el juez del 11-M cree que hoy nadie piensa en ETA

El juez Javier Gómez Bermúdez. EFE/Archivo



Javier Gómez Bermúdez, el juez que presidió la sala que juzgó aquellos atentados, está convencido de que “ya no queda nadie que crea en la teoría de ETA”. Y recuerda a los que dicen que no se ha podido saber todo sobre aquellos hechos, que tampoco “se sabe todo ni de este atentado ni en el de Hipercor, ni en el de la casa cuartel de Zaragoza ni en el magnicidio de Kennedy. Esto es un absurdo conceptual y la justicia no se dedica a resolver todas las dudas”.

Esto no quiere decir, añade el juez, que "la justicia ha dicho que hemos hecho lo que podemos y no queremos hacer nada más", porque "mientras haya un solo terrorista de este atentado libre o que no hayamos podido comprobar que ha muerto, seguiremos ahí".

Se han manipulado los hechos, sin una mínima caridad con las víctimas
Gómez Bermúdez cree que se “ha manipulado la realidad”, y ha habido “falta de bondad y caridad de muchísimos actores institucionales y personajes públicos para entender que esto no puede ocurrir. Había más de 2.200 familias directísimamente afectadas y no se podía jugar con el sentimiento de esas familias, y esa falta de altura de miras a mí me da vergüenza”.

“Hay víctimas en particular como Pilar Manjón que han sido tremendamente mancilladas y ultrajadas, y a mí eso me parece de una miseria humana, personal y política impresionante”, ha añadido Gómez Bermúdez.

Una sentencia basada en muchas pruebas
El juez defiende que la sentencia de aquel juicio está más que probada. “Con la vigésima parte de la prueba que hemos considerado en el juicio del 11-M hemos condenado a toda ETA”, precisa.

El fiscal Javier Zaragoza critica el "juicio paralelo"



Por su parte, el jefe de la Fiscalía en la Audiencia Nacional, Javier Zarzgoza, ha recordado que “se diseñó y tuvo lugar una especie de juicio paralelo que cuestionó permanentemente la investigación, que cuestionaba continuamente las decisiones que tomaba la autoridad judicial”. Puntualiza que ese juicio paralelo “se hizo con evidentes extralimitaciones que iban más allá de lo profesional y que entraban ya en el terreno de lo personal”.

La labor de la Fiscalía, permanentemente cuestionada por algunos medios
Sobre si la teoría de la conspiración dañó la credibilidad del sistema judicial, Zaragoza reconoce que sí, pero que “con el tiempo el daño ha sido reparado porque el sistema judicial ha seguido funcionando con normalidad. A día de hoy, ese daño es casi un recuerdo. Recuerdo que la labor de la fiscalía era permanentemente cuestionada por algunos medios de comunicación de forma absolutamente injustificada”.