Foto distribuida por prensa del Ministerio del Interior con motivo de la puesta de la primera piedra del cuartel de la Guardia Civil de Fitero. Provocó una gran polémica en las redes sociales. Aparece el ministro Jorge Fernández Díaz besando un crucifijo



Jorge Fernández Díaz,  ministro de Interior, no toca pelota. Su credibilidad es inexistente. No sirve ni de vocero.  Repleto de  orgullo por transmitir a la ciudadanía quién iba ser el candidato popular dijo encantado y en voz alta: "El parto será el sábado y en Toledo". En ese día y en esa hermosa ciudad castellana, puntualizó Fernández Díaz, sabremos ya la decisión del Excelentísimo señor presidente del Gobierno de España, don Mariano Rajoy Brey, Pero se equivocó de nuevo nuestro hombre. Esta vez, sin embargo y al fin y al cabo,  se trata de una anécdota efímera. Lo peor fueron los graves errores en su  ley de seguridad [presunta] ciudadana. Y los sucesos terribles de los inmigrantes cuando murieron quince de ellos frente a Ceuta.

Le viene ancho, demasiado ancho a Fernández Díaz, su cargo en el Ministerio de Interior. El jefe de filas del PP en la Unión Europea será por fin el flamante Miguel Arias Cañete,  experto en muchas cosas y, sobre todo, en el arte de ser  multimillonario, como hemos publicado recientemente en ELPLURAL.COM. Ello no es en sí mismo ningún mal ni menos todavía ningún delito. Otra cosa es lo que les pasa a no pocos dirigentes del PP,  que se han enriquecido de manera, como mínimo,  sospechosa o infame. La capacidad de Rajoy y su alegre muchachada para tragar mierda gürtel está siendo inacabable. Al paso que vamos no hay que descartar que lleguemos al siglo XXII sin detenciones apenas y sin las sentencias pertinentes sobrevolando el Reino de España.

La ayuda de Santa Teresa
Menos mal que Fernández Díaz tiende a ser un místico que reza cada dos por tres dirigiéndose a Santa Teresa para que ayude a los humanos para que de este modo no cometan pecados. Ahora le ha salido un competidor potente a Fernández Díaz. Nada más ni nada menos, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres  Dulce, hizo de pregonero de la festividad de la denominada Semana Santa ante el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela,  el obispo auxiliar Franco y otros clérigos y fieles católicos.  Otro fiscal general fue, durante el Gobierno de José María Aznar, un miembro del Opus Dei,  Jesús Cardenal.  También lo es -miembro del Opus Dei-  el actual ministro del Interior.  Por su parte, Torres Dulce, según versiones contratadas, ha estado y sigue estando muy cercano a la llamada Obra.

Trabas al Tamayazo
Cardenal impidió de facto una investigación policial a fondo para conocer lo que ocurrió de verdad en el tamayazo. En vano, lo intentó el fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo. El fiscal de Aznar logró que el asunto turbio en torno a Esperanza Aguirre desapareciera del estrado. Y del Estado, naturalmente. Opus Dei. ¿Obra de Dios? ¿O más bien obra de un fiscal a las órdenes de Aznar?

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM
En Twitter es @enricsopena