Sumar continúa su carrera hacia el mes de diciembre. Aparcando el conflicto con Podemos, que resurgirá toda vez se supere el 28 de mayo, la plataforma que encabeza Yolanda Díaz perfila sus líneas maestras. En la web de la formación aparecen los primeros bosquejos en cuestiones troncales de Estado, como en materia geopolítica o fiscal, incluyendo un acercamiento somero al Feminismo y al ordenamiento jurídico, incluyendo las estructuras de poder judicial. En estos esquemas, el proceso de escucha concluyó que el consentimiento debe ser el eje sobre el que pivote la libertad sexual; así como afrontar la lucha contra la violencia machista desde una visión “interseccional”, haciendo hincapié en los jóvenes.

Entre los principales problemas que se deben afrontar y solventar en el apartado feminista, Sumar pone la tilde sobre el “derecho a un proyecto de vida con autonomía económica”. Consideran este aspecto como “la base” para que cada persona pueda desarrollar sus “capacidades y aspiraciones” en libertad, siendo la autonomía de las mujeres una “reivindicación fundamental” desde los primeros ecos de la lucha feminista. La emancipación o soberanía de la mujer tiene una pátina estrictamente económica, aunque no en su exclusividad. Es aquí donde entran en juego factores externos como las diferentes condiciones laborales entre hombres y mujeres, la brecha de género, la segregación horizontal y vertical; y también la conciliación laboral. Subyace tras este último punto el requerimiento del reconocimiento del “trabajo doméstico y de cuidados” como un eje central para la sociedad.

En este sentido, los cuidados se han entendido como motor del discurso feminista, definiendo esta labor como “las actividades (remuneradas o no) centradas en la atención y el cuidado de la vida”. Entienden que la niñez y la senectud son las dos etapas de mayor necesidad desde el prisma biológico. No obstante, el feminismo subraya que “todas las personas precisamos” de cuidados físicos, psicológicos y emocionales. “La interdependencia es propia de una necesidad propia de nuestra condición humana”, subrayan en Sumar, al tiempo que recuerdan que este sector “altamente feminizado” está sujeto a la precariedad y condiciones “muy mejorables” e incluso “injustas”, por lo que concluyen que ha de vertebrar un proyecto político cuya razón de ser es situar “la vida en el centro”. Por ello, plantean un Pacto de Estado por los Cuidados basado en la unión de “instituciones, organizaciones y personas expertas” en la materia, al estilo del Pacto Foral por los Cuidados de Navarra.

Consentimiento y “visión interseccional”

Amén de dibujar un país en el que se sitúe el feminismo como eje transversal y transformador de las políticas públicas, en Sumar remarcan el consentimiento como la base sobre la que se articula “la protección y defensa de las mujeres”, aunque sin mención expresa a Podemos, que lo ha llevado por bandera estos últimos meses de dura confrontación con el PSOE por la reforma de la Ley del sólo sí es sí. En cualquier caso, en estas primeras líneas maestras exponen la necesidad de volcar esfuerzos en “prevención y atención integral a víctimas supervivientes”, extendiéndola hasta su “completa recuperación”. “Es necesario el reconocimiento e identificación de situaciones de ciberviolencia, ciberacecho y ciberacoso sexual, especialmente en el caso de los menores, conscientes de la necesidad de marcos adaptables a las nuevas realidades y evitando que se establezcan de manera estructural nuevas formas de violencia”.

El consentimiento se amplifica también al ámbito educacional, donde en Sumar plantean una adecuada educación sexo-afectiva integral. Profundizan en cierta medida, coincidiendo con una línea programática del ideario del PSOE para estas elecciones, en la implicación de los hombres en la lucha activa contra la lacra machista. Más allá del ensanchamiento del concepto de violencia machista que ponen sobre la mesa, la plataforma de Yolanda Díaz plantea combatirla desde una “visión interseccional” y transversal, con especial atención a los jóvenes.

 CGPJ y permanente revisable

Abandonando el apartado de feminismo y buceando hasta la Justicia, Sumar plantea un proyecto de país en el que no tiene cabida la prisión permanente revisable. De hecho, apuestan por su derogación y por una reformulación de la normativa de concesión de indultos. En este sentido, abogan por suprimir la tauromaquia como patrimonio cultural y desarrollar asambleas ciudadanas, confeccionadas por sorteo, como punto propositivo de reformas en cuestiones troncales. Junto a estos asuntos, proponen regularizaciones periódicas de migrantes hasta la aprobación de una nueva Ley de Extranjería, pero también poner coto a las “puertas giratorias” en la clase política.

Lo llamativo del apartado de Justicia del programa de Sumar lo alberga el epígrafe dedicado al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El órgano de gobierno de los jueces ha capitalizado el debate político, al menos durante unas semanas y meses. Aún no hay acuerdo para renovar un organismo que lleva ya más de 1.600 días bloqueado. Para evitar que esta situación se replique en un futuro, la plataforma plantea el cese automático de aquellos vocales con mandato caducado, al poco tiempo de superar la fecha límite. De esta manera, se obliga a las Cortes a iniciar las negociaciones para establecer el relevo.

En paralelo, sugieren la descentralización de las competencias subyacentes al CGPJ a otras salas ya existentes o a consejos territoriales de nueva creación. Consideran que este es el camino para circunscribir al Poder Judicial a las funciones pautadas por la Constitución, como nombramientos, inspección y el régimen disciplinario. Además, se repensarían las cuotas del órgano judicial en lo relativo al Tribunal Supremo, que cuenta con un cuarto de los vocales cuando tan solo representa al 2% del estamento.

En otro orden de cosas, los documentos de trabajo sectorial determinan que el Consejo Fiscal sea elegido mediante un proceso similar al CGPJ. Es decir, previo concurso del Parlamento. Reconoce que el sistema de elección del Fiscal General del Estado es complejo, dado que comporta una modificación de la Constitución.

En último término, amén del abordaje a la Ley de Secretos Oficiales -encallada en esta legislatura-, Sumar plantea que es necesario una nueva regulación en relación al uso de las pistolas taser por parte de la Policía, así como la utilización de cámaras unipersonales para un registro “fidedigno” de las interacciones con los civiles. En este marco, desaparecía la actual infracción de falta de respeto a la autoridad, figura inexistente en otros países como Estados Unidos.