Iván Espinosa de los Monteros ha dado un nuevo paso tras su salida de Vox. El ex portavoz parlamentario ha anunciado la creación de Atenea, un centro de pensamiento que se presentará oficialmente el próximo 25 de septiembre en Madrid y que pretende convertirse en un actor influyente en el debate público. Lo ha explicado en una entrevista con 'The Objective', donde ha detallado que se trata de una institución de la sociedad civil cuyo objetivo será analizar distintos sectores de la vida en España, detectar fallos estructurales y plantear propuestas que puedan ser “disruptivas, pero siempre dentro de la legalidad vigente”, sin necesidad de abordar una reforma constitucional.

El planteamiento de Espinosa se aleja de la forma clásica de partido político. Según ha explicado, Atenea quiere abrir debates que puedan tener eco en los medios de comunicación y en los que la ciudadanía participe activamente. En su diagnóstico, el principal problema del país está en la gestión de lo público. “Hemos dejado todo lo común, todo lo que es público, en manos solo de los políticos, y yo creo que es un momento bueno para que la sociedad civil tenga también un poco más de voz”, ha asegurado. Frente al cortoplacismo que, en su opinión, impone el calendario electoral a los partidos, la nueva fundación buscará pensar en horizontes de cinco o diez años, alejándose del ruido mediático y de la dependencia de la actualidad inmediata.

Espinosa ha insistido en que Atenea no estará vinculada a ningún partido político y que su misión no es enfrentarse a ninguno en concreto. Se trata, afirma, de construir un espacio donde personas que nunca han estado en política tengan un canal para expresar ideas sin ser etiquetadas con una sigla. “Aquí de lo que se trata es de proponer las mejores ideas, con independencia de que luego uno pueda votar o no votar a un partido u otro”, ha sostenido.

El equipo que rodea al ex portavoz de Vox estará formado en su mayoría por profesionales del sector privado, aunque también habrá perfiles con experiencia en la administración pública. Según ha detallado, provienen “esencialmente de PP, Ciudadanos y Vox”. De momento no ha desvelado nombres concretos, pero se espera que lo haga en la presentación de septiembre.

Espinosa de los Monteros, del ala liberal al choque frontal con Abascal

Iván Espinosa de los Monteros fue durante años uno de los rostros más visibles de Vox y pieza clave en la construcción del partido desde sus orígenes. Fundador en 2013, participó en los primeros pasos de la organización, ocupó cargos de responsabilidad interna y, tras las elecciones de 2019, se consolidó como portavoz parlamentario en el Congreso de los Diputados. Desde esa posición se convirtió en uno de los referentes del llamado sector liberal del partido, más centrado en lo económico, frente a corrientes más tradicionalistas y ultraconservadoras que también coexistían en la formación.

Su papel público era indiscutible: representaba a Vox en los grandes debates, defendía sus posiciones en los medios y aportaba un perfil con aspiraciones institucionales y de gestión. Sin embargo, el desgaste electoral del 23 de julio de 2023 —cuando Vox perdió 19 escaños en el Congreso— abrió una crisis interna que acabó por dejarlo en una posición de debilidad. Aquel mal resultado fue interpretado como un fracaso estratégico que tensó aún más la convivencia entre facciones y que reforzó a dirigentes como Jorge Buxadé, alineados con el ala más dura.

En ese clima de incertidumbre, su relación con Santiago Abascal se deterioró. Las diferencias se habían ido acumulando: discrepancias en el enfoque de las campañas, malestar por la exclusión del sector liberal en la confección de listas y un distanciamiento cada vez mayor con el núcleo de poder. Espinosa, que defendía la necesidad de abrir el partido a discursos más amplios, se encontró arrinconado frente a una dirección que apostaba por la radicalización y la confrontación.

El 8 de agosto de 2023 anunció de forma inesperada su renuncia al acta de diputado. Oficialmente lo atribuyó a motivos personales y familiares, pero el trasfondo político era evidente: se marchaba tras haber perdido la batalla interna contra Abascal y su entorno más próximo. Su salida fue abrupta y supuso un golpe para la militancia que lo identificaba como un referente, pero también marcó el cierre de una etapa dentro de Vox.

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