Es un goteo de pequeños gestos pero incesante. Ha pasado más de un año desde que Pablo Iglesias e Irene Montero se comprasen el polémico chalet de Galapagar y las críticas siguen llegando, de manera más o menos velada. El último guiño ha llegado desde el Instagram de Ramón Espinar y de su pareja, la periodista Lucía Quiroga, que han sacado pecho de su nuevo piso, en Vallecas, el barrio que abandonó el líder de Unidas Podemos.

El que fuera líder de Podemos en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, ha compartido en sus stories de Instagram las vistas desde su nueva casa, un piso en Vallecas con una amplia terraza desde la que transmitió, para sus seguidores, los fuegos artificiales del pasado domingo en la capital.

Despedida de Carmena

El mensaje llegaba por partida doble. Por una parte, los fuegos artificiales suponían la metáfora del fin de la etapa de Manuela Carmena, la exalcaldesa de Madrid que poco a poco, como Espinar, se separó de la influencia de Iglesias. Era la despedida de los Veranos de la Villa, que habían sido programados por la anterior corporación de Ahora Madrid, y suponían el último rescoldo del legado de Carmena.

Pero es que, además, Espinar incluía dos hashtags en la publicación y, junto al de #Fireworks (fuegos artificiales) añadía el de #MITERRAZA. Y, para más inri etiquetaba su localización bien clara: “Vallecas”.

Mientras, su compañera sentimental, la periodista Lucía Quiroga, que fue su jefa de prensa y con la que vive junto al bebé que ambos tienen, también mostraba orgullosa su “Casa nueva”, con unas bonitas vistas de un atardecer.

Llueve sobre mojado

Los mensajes podrían haber pasado desapercibidos si no fuera porque se suman a otros similares en la pasada semana. La veda la abrió Francisco Guarido, el alcalde de Zamora, el único que tiene Izquierda Unida en una capital de provincia, que se mostró muy crítico con Pablo Iglesias: "No puede ser que un chico de Vallecas que presume de ir a comprar al supermercado dé ese vuelco en su vida".

"Yo sólo soy licenciado en Ciencias Políticas, lo extraño es que esta gente, que son politólogos, cometieran ese error tan de bulto", señalaba Guarido en una entrevista, y añadía que "a mí, entre otras cosas, me ayuda saber que el día que deje de estar aquí tengo a dónde ir. Volvería a mi trabajo como conserje de instituto. Y a mucha honra”.

Horas más tarde, los siguientes en presumir de mantener sus orígenes humildes eran el alcalde de Cádiz, José María Kichi y su pareja y líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez. Empezaba Kichi con un tuit en el que decía que "un amigo me cuenta que un taxista le cuenta que vivo en el Puerto en un chalé y que él mismo me ha llevado allí. Empiezo a pensar que tengo un doble con un chalé en Valdelagrana porque yo sigo viviendo en la Viña y no pienso cambiar de barrio. Si me lee mi doble, que invite”.

Al mensaje respondía Teresa Rodríguez, que señalaba con ironía que “y yo voy y me quedo con el del piso de 40 m2. Tiene guasa". Unos mensajes que no hicieron gracias a muchos seguidores de Podemos, que respondieron a los tuits con apelativos como “ridículo", "idiotas" o "impresentables”.