Tras nombrarse la Mesa del Congreso y quedar constituidas la presidencia, las vicepresidencias y las secretarías del órgano rector de la Cámara Baja, ha empezado la jura o promesa de la Constitución para que sus 350 señorías formalizasen su condición de diputados.

Antes incluso de que arrancara, Álvarez de Toledo ya le ha pedido a Meritxell Batet, electa de nueva presidenta de la Mesa, que vele por la correcta jura o promesa de la Carta Magna, acorde a la ley y sin el espectáculo al que acostumbran en las últimas fechas las fuerzas nacionalistas.

La fórmula adoptada por Vox ha sido “Por España”, tal y como ha demostrado poco después de empezar la ronda de promesas Ignacio Gil Lázaro, elegido vicepresidente cuarto de la Cámara.

Se ha tratado de un llamamiento tenso, con constantes interrupciones y pataleos de buena parte de las bancadas de la derecha, especialmente críticas con las fórmulas utilizadas por los partidos nacionalistas y regionalistas, que han prometido "por la libertad de los/las presos/as políticos y hasta la constitución de la República Catalana, por imperativo legal". Por su parte, desde JxCat han decidido formular su acatamiento de la siguiente forma: "Con lealtad al mandato democrático del 1 de octubre, por la fidelidad al pueblo de Cataluña, por la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados y por imperativo legal, yo prometo".

Paralelamente, PNV y EH Bildu han optado por la lengua euskera para acatar la Constitución. Incluso se han podido escuchar promesas contra el franquismo de los más atrevidos, que han alargado su acatamiento por encima de lo que ciertos sectores del Congreso eran capaces de soportar.