¿Y usted qué opina? fue un mítico programa de la televisión mexicana en la década de los 90. El espacio dirigido por Nino Canún debatía con expertos sobre temas rompedores como el rock and roll o los videojuegos. Para la historia quedó su programa de siete horas y media sin interrupción para hablar de ovnis, una cifra que se antoja escasa para responder a la pregunta sobre por qué el Partido Popular se ha empeñado en meter en el cesto del Tribunal Constitucional a una manzana podrida que responde al nombre de Enrique Arnaldo. O a un sapo a tragar, como le ha definido la izquierda. En dos semanas, nadie en Génova ha salido a responder a la pregunta “¿y el PP qué opina?”.

Decíamos hace poco que Arnaldo acumulaba escándalo por día y en estos dos días el candidato del PP no ha faltado a su cita con la ignominia: el martes conocíamos que había cobrado de una televisión popular mientras era funcionario y hoy salen a la luz sus 300 artículos donde retrata su ideología más vetusta en materias como el aborto o la Memoria Histórica, sobre las que tendrá que pronunciarse cuando llegue al Tribunal Constitucional.

Dos nuevas jornadas de vergüenza nacional para nuestras instituciones y dos nuevos días en los que no hay noticias de Génova. Cuando los periodistas preguntamos al respecto en el Partido Popular, las respuestas suelen limitarse a monosílabos. Hay confianza absoluta en que los diputados del PP no se saldrán de la disciplina de voto y darán el visto bueno al polémico jurista y, sobre sus escándalos, lo máximo que responden es a mí que me registren. “No somos portavoces de Arnaldo y el PSOE también lo ha votado”. Una sutil puñalada con la que el PP se quita de encima el muerto que han matado ellos y que causa estragos en la izquierda.

Max Weber como excusa

En estos dos días, sí hemos escuchado al socialista Odón Elorza afirmar que votará a favor de Arnaldo “con la pinza en la nariz”. El que fuera alcalde de San Sebastián siempre ha sido un verso suelto: se mantuvo en el “no es no” a Rajoy que a Sánchez le costó la cabeza en el PSOE y ahora el nuevo PSOE de Sánchez sacrifica a Elorza por pasarse de crítico con Enrique Arnaldo en la Comisión de Nombramientos. Sus 15 preguntas al candidato sobre sus impudicias le han costado ser apartado el jueves de la portavocía en la votación de los aspirantes en el Pleno.

En estos dos días, también hemos oído al portavoz de Podemos, Jaume Asens, hablar de pinzas y narices, pero también citar a Max Weber y su ensayo La política como profesión para justificar que su partido vote a favor. “Es un conflicto entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad. En política, cuando se produce ese conflicto debe primar la que se hace cargo de las consecuencias de los actos. Tienes que asumir contradicciones”. Una respuesta académica de los profesores de la política con la que se ha zafado del placaje que le ha hecho Ángels Barceló en los micrófonos de la Cadena SER.

Porque la entrevista ha sido dura y merecida. Y otros medios de corte progresista están reclamando explicaciones estos días y en ElPlural.com también hemos exigido cuentas a PSOE y Podemos sobre por qué acceden a esta desvergüenza que tanto daño va a hacer a las instituciones, a la política, a la justicia y a las instituciones; a la democracia, en definitiva.

La superioridad moral 

Ya nos han dicho que es “la solución menos mala” para conseguir un acuerdo, que les hubiese gustado "otro candidato"; que en junio se renuevan nuevos puestos del Constitucional y las fuerzas se equilibrarán; que el objetivo postrero es conseguir un nuevo CGPJ menos conservador; que en el paquete de pactos Podemos también ha conseguido un puesto en el Tribunal de Cuentas… Todo eso ya lo sabemos, porque la izquierda lleva dos semanas pidiendo perdón por tragarse el sapo de Arnaldo.

Pero de su hada madrina no tenemos noticia y nadie explica por qué el PP ha tocado al sapo con su varita mágica para convertirle en magistrado. ¿Qué le debe el PP a Arnaldo? ¿No le valió con el millón cobrado de sus gobiernos que ahora hay que darle un sueldo de 140.000 euros? ¿Y qué se lleva Génova a cambio de pagar el precio de manchar nuestra democracia una vez más? ¿No conoce el PP a nadie más idóneo, o idóneo por lo menos, para el puesto? ¿Si éste es el elegido para tan alta responsabilidad, a quién nos están colocando para encargos más mundanos como el de concejal o vocal vecino? Son preguntas sin respuesta porque ningún dirigente del PP se ha prestado a sufrir una entrevista como la que este miércoles le ha dado Asens a Barceló. Y a nadie le extraña porque ya no es que les exijamos la talla intelectual para esconderse tras Weber, es que ni siquiera esperamos la justificación política que le reclamamos a la izquierda. Y luego, que si la superioridad moral.