Ha vuelto a suceder. España se echó a la calle el 15M para frenar la injusticia y el 8M, las mujeres salieron a la calle, por dos veces, para enfrentarse al machismo. Y este 28A, los españoles han frenado a la extrema derecha con sus votos y gracias a una participación histórica, muy por encima de la media. El miedo a Vox ha catapultado al PSOE a unos datos con los que hace años que ni siquiera soñaban y el Partido Popular se hunde a su peor dato en la democracia y el futuro de Pablo Casado queda muy en el aire.

El PSOE ha ganado las elecciones, algo que no ocurría desde hace más de una década, y lo hace de manera holgada, con casi el 30% de los votos y 123 escaños. El Partido Popular cae por debajo de sus peores pronósticos y consigue menos de 70 escaños: 66 en total. Ciudadanos conquista la tercera posición y le saca más de un millón de votos a Unidas Podemos. Los naranjas llegan a los 57 escaños y los morados se quedan en 35, a los que hay que sumar los 7 diputados y el medio millón de votos que maquilla un poco la catástrofe.

Varias ministras de Pedro Sánchez (Reyes Maroto, María Jesús Montero, Dolores Delgado y Teresa Ribera) celebran en Ferraz
Varias ministras de Pedro Sánchez (Reyes Maroto, María Jesús Montero, Dolores Delgado y Teresa Ribera) celebran en Ferraz

Junto a PP y Podemos, Vox es la gran derrotada de la noche. Consiguen 24 escaños y hacen historia, desde aquel único sillón que tuvo la derecha con la Fuerza Nueva de Blas Piñar. Un partido que hace unos años no existía. Sin embargo, sus aires y su confianza en los últimos días no se han correspondido con los resultados finales y se quedan muy lejos de las mejores encuestas y en quinta posición. Pero, sobre todo, han espoleado al electorado de la izquierda, que ha salido en masa a votar para evitar que los adalides de las pistolas, el machismo y el odio al diferente sean decisivos en la formación de un nuevo tripartito de derechas.

Ahora, todas las miradas se posan en los pactos, que tendrá que encabezar Pedro Sánchez. El ascenso de Ciudadanos le permitiría una coalición con los socialistas, pero eso implicaría que, una vez más, Albert Rivera tuviera que desdecirse y retirar el cordón sanitario que le colocaron al PSOE. Sin embargo, lo esperable, por las declaraciones oídas hasta ahora, es una reedición de un pacto de izquierdas.

Llegar a la mayoría absoluta es difícil para la primera vuelta. PSOE, Unidas Podemos, Compromís y PNV se quedan cerca. Sin embargo, el fiasco de la derecha hace esperar que un pacto por la mínima sirva. Las tres derechas apenas llegan a los 150 escaños, mientras que PSOE y Unidas Podemos se acercan a los 165 diputados, suficientes para conseguir más síes que noes en una segunda votación para formar gobierno.

De momento, la decisión de los congregados a las puertas de Ferraz es contundente: “Con Rivera, no”, es el cántico que han coreado a Pedro Sánchez cuando ha comparecido el presidente del Gobierno y todas las miradas estaban puestas en él. Como el “no nos falles” a José Luis Rodríguez Zapatero de 2008, que Sánchez ha contestado con un: “Me ha quedado bastante claro”, aunque después ha añadido que “no quiere cordones sanitarios con nadie”. Ahora está por ver la deriva que tomará Sánchez, pero España se levantará este lunes con el fantasma de la ultraderecha enterrado. En parte.