La jueza Mercedes Alaya, instructora del caso de los ERE de Andalucía



A la jueza Alaya le ha salido un admirador, que no es otro que un Fernando Sánchez Dragó inspirado por “la dignidad, firmeza, coherencia, elegancia ética y estética”, entre otros atributos que atribuye a esta “heroína”, en quien ve “algo de Hipatia, Teresa, Isabel, Malasaña, Zambrano…”, entre otras grandes, pero a la que, al final, en un impulso machista que hace honor al nombre de su columna en El Mundo –“El lobo feroz”- , termina calificando de “la mujer más sexy de España”.

Alaya, en un país abyecto, cobarde y zafio
“De dónde sale esta mujer? ¿Cómo es posible que exista una persona así en un país tan abyecto, cobarde y zafio como éste? ¿Deberíamos aferrarnos a esa excepción para dar rienda suelta al optimismo? ¿Cundirá su ejemplo?”, se pregunta Dragó sobre esta jueza que sitúa a años luz de “Baltasar Garzón”.

¿No es de fiar por sus andares de princesa?
Desde su columna en El Mundo, Dragó sale en defensa de la jueza del caso de los ERE de Andalucía, a la que una conocida articulista de El País, según Dragó, critica sus “andares de princesa, cuerpo de emperatriz, cintura de brisa, ropa de infarto, tacones de alfombra roja, cutis sin arrugas, maletita chic y el alma tan bien planchada como los trajes de boda”, porque “no es de fiar”.

¿Mejor que fuera a lo Belén Esteban... greñas y look de rabanera progre?
“¿A tan rastrera conclusión pueden llevar el sectarismo político y la envidia anatómica?” -reprocha el escritor. “¿Sería mejor que la juez acudiera a dictar justicia con ojeras, espinillas, patas de gallo, atuendo de Belén Esteban, bragas de monja, zapatillas deportivas, rulos, cartucheras, celulitis, michelines, piel de naranja, abalorios de todo a cien, vedijas en el sobaco, papada a lo Rafael Alberti, carreras en las medias, bozo, greñas, halitosis y look de rabanera progre a punto de participar en un escrache?, continúa el columnista de El Mundo.

La mujer más sexy
Sánchez Dragó lanza pestes contra los críticos de Alaya. Está enfadado contra los “gorrones de los sindicatos” que “llamaron fea a la mujer más sexy de España”, contra el “mal nacido” que dijo que la jueza “volvía por sus fueros la Justicia franquista”.