Ramón Tamames será el candidato que defienda la moción de censura que Vox ha decidido presentar contra el Gobierno de Pedro Sánchez, la segunda en esta legislatura, y que se ha fijado su debate y votación para el 21 y 22 de marzo. A menos de una semana para que esta iniciativa se celebre en el Congreso de los Diputados, elDiario.es ha desvelado el discurso que el candidato de Vox y exdirigente del PCE que pronunciará.

Se trata de un documento de 31 páginas, con 30 capítulos y un folio para las conclusiones. A través de las líneas, aborda tanto el tema de la política exterior, como la relación con Marruecos, o cuestiones internas, como la sanidad, el agua o la Constitución. “El deterioro de la sanidad”, el agua “como elemento cada vez más conflictivo y decisivo”, “el Ministerio de Consumo en la senda del racionamiento” o “la Constitución pocas veces reformada”, son algunas de las cuestiones que el citado medio ha resaltado tras tener acceso al último borrador.

También señalan en la publicación que este discurso está listo a falta de pequeños detalles y ya ha sido enviado a Vox. A diferencia con el tono que suele ser habitual en las filas ultraderechistas, con un lenguaje agresivo y vehemente, las palabras de Tamames se enmarcan en una prosa más académica.

Así, se refiere a la situación de España “que se asemeja más a una moderna autocracia absorbente”, a la vez que critica que dentro del Gobierno “prevalece con frecuencia la demagogia y el populismo”. También hay espacio para reproches del Partido Popular, “desde el banco azul”, por negar a formaciones como Vox.

“Señor Sánchez, es urgente la convocatoria de elecciones generales como se propone en esta moción, convocándolas para el próximo 28 de mayo fijado ya para los comicios municipales y autonómicos”, quiere decir también Tamames.

Tamames acusa a Sánchez de intervenir a la Justicia, “por controlar la Corte Suprema” de la Justicia, así como el Tribunal Constitucional”. También reflexiona que en el futuro se podrían elegir los magistrados de los tribunales Supremo y Constitucional como vitalicios. “Ante tantas osadías concebidas desde su Gobierno, Señor Sánchez, se hace más necesario que nunca un nuevo Ejecutivo”, remarca.

Las críticas también se dirigen hacia la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de quien asegura que va “por delante con la llamada en economía del trabajo defensa heteronómica de los trabajadores”. Así, critica la subida del Salario Mínimo Interprofesional, diciendo que tiene un efecto inverso de destrucción de tejido empresarial.

Y, Tamames, también tiene palabras para Alberto Garzón, ministro de Consumo, cuya cartera califica como “un despropósito de gran calibre” por la pretensión de bonificar con el 14% la reducción de productos básicos.

Una moción "fracasada"

Esta semana han trascendido más detalles sobre cómo y cuándo se va a producir la esperada moción de censura de Vox. Esperada porque el partido de ultraderecha la ha registrado a finales del mes de febrero, casi tres meses después de haberla anunciado a bombo y platillo como símbolo de protesta contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Este lunes la presidenta de la Cámara Baja, la socialista Meritxell Batet, ha anunciado en una breve comparecencia ante los medios la fecha elegida para la reprobación pública: el 21 y 22 de marzo, primero con el debate y después con la votación. 

Entre las dudas que ha suscitado esta iniciativa ultra se encontraba la forma en la que se iba a producir. Si el candidato propuesto por Vox, el catedrático y exdirigente del Partido Comunista Ramón Tamames, iba a tener un espacio propio para no tener que subir escaleras, como finalmente se ha determinado, así cómo qué actitud iba a adoptar cada grupo parlamentario. Y es que esta máxima ha supuesto una brecha -otra más- en el seno de la coalición pero también con los socios, que han discutido qué estrategia seguir de cara a esta iniciativa, considerada por todos como innecesaria o incluso de "circo".

Distintas posturas ante la moción de Vox

Entre tanto, los partidos de la bancada de la izquierda enfrentan esta moción desde diferentes perspectivas y estrategias. Desde el mismo momento en el que la extrema derecha registró el texto, las formaciones de la coalición y los socios comenzaron a plantearse su posición al respecto mientras el Partido Popular se ha puesto de perfil anunciando su abstención. De hecho, el jefe del Ejecutivo ha acusado en varias ocasiones a Alberto Núñez Feijóo de no atreverse a votar en contra para no comprometer futuros gobiernos y los pactos con la ultraderecha. Y es que precisamente retratar la equidistancia del presidente popular con la extrema derecha es el objetivo que se ha marcado el PSOE con este proceso parlamentario, al que dan toda la importancia. 

En las últimas semanas el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, ha defendido la seriedad de este mecanismo democrático y ha pedido "no banalizar la política" frente a quienes lo califican de "esperpento". Por eso, ha defendido que el PSOE va a actuar "con todo el rigor y seriedad" que se merece. "Las mociones de censura son constructivas, es decir, no solo hay que presentar a un candidato sino una alternativa. Vamos a poder contrastar dos modelos de gobierno posibles, ahora y en el futuro", ha dicho López antes de plantear dos disyuntivas a Feijóo: "un gobierno progresista o de la derecha y ultraderecha". De hecho, todo apunta a que Sánchez -que no tiene obligación- va a intervenir en el debate para mostrar justamente estas dos alternativas frente a un líder popular que no se quiere mojar. 

De esta forma, los socialistas han rechazado el ofrecimiento de ERC de unificar las posturas de la izquierda no interviniendo en el debate para evitar participar en lo que califican de "circo". Una posibilidad que también ha abierto una brecha en la bancada progresista, que se divide entre aquellos que quieren poner de manifiesto que no quieren participar, como piden los catalanes, y quienes van a hacer una pequeña proclama en el Congreso contra los ultras. "Solo hay dos caminos para hacerle daño: reírse de ellos, ridiculizarlos, y no participar de sus mandangas. Esto que plantean es un circo y nuestra decisión es no participar de él", ha defendido Gabriel Rufián, que ha apuntado al papel de la precampaña al tiempo que ha llamado a "no hablar ni participar del ruido".