Viva 21 está a la vuelta de la esquina. Vox está ultimando los preparativos para su celebración a nivel nacional con la que quiere dejar pequeña a la Convención del PP. Bajo el lema ‘España en pie’ y con el objetivo de “enriquecer la cultura de los españoles”, la ultraderecha organiza su evento, que tendrá lugar los días 9 y 10 de octubre en tres espacios distintos de Ifema, en Madrid.

Para la ocasión, la formación ultra ha preparado una serie de actividades y espectáculos. Y es que se podrán escuchar desde sevillanas hasta jotas, además de organillos madrileños y una mascletá. Vox, según detallan en el programa del evento, hará el sábado 9 de octubre a las 21:30 horas una quema de Fallas.

“Si puede haber un cierre colosal al primer día de Viva 21, será la quema tradicional de una Falla. El contenido no será desvelado hasta el último momento, por lo que… ¡Tienes que aguantar hasta el final!”, detallan en el programa.

Además, también tienen programados talleres de pinturas, atracciones como camas elásticas y toros locos e, incluso, hasta una teatralización de acontecimientos históricos con guiñoles.

Asimismo, Vox ha contratado a dos controvertidos cantantes para dar música al evento. Se trata del que fuera cantante y bajista de Barón Rojo en los años ochenta, José Luis Campuzano, Sherpa, y el rapero G Babe. Ambos han mostrado en varias ocasiones su afinidad con la ultraderecha, aunque el primero ha dejado muestra de su radicalidad en temas como la inmigración.

“Si ser fascista es querer a tu país y no querer que te invadan, soy fascista, claro”, dijo Sherpa en una entrevista con Libertad Digital tras haber sido tachado por los usuarios de Twitter como “fascista, racista, homófobo y sexista”. Sus polémicas declaraciones fueron mucho más allá: “Vamos a ver, si estamos completamente invadidos en las Canarias, pobres hermanos canarios, pobres compatriotas, ¿para qué tenemos nuestro Ejército? Lo pagamos para que nos defienda de invasiones, y eso es una invasión en toda regla”. Por su parte, G Babe ha denunciado la Agenda 2030 y la “dictadura progre”.