El principal precedente data de 1989, tras las terceras elecciones generales que ganó el socialista Felipe González y que fueron recurridas por el PP en una serie de provincias. La Cámara no pudo constituirse con todos los diputados porque 18 electos no fueron proclamados a la espera de la decisión judicial sobre los comicios y otros cuatro, de Herri Batasuna, no llegaron a asumir plenamente la condición de parlamentarios por haber acatado la Constitución "por imperativo legal", lo que no fue aceptado por el entonces presidente, el socialista Félix Pons.

Se llegó a la investidura con 332 diputados en pleno ejercicio, excluyendo a los 18 diputados que estaban pendientes de los recursos judiciales sobre los comicios. A los cuatro de HB, que pleiteaban para que se aceptara su fórmula de acatamiento "por imperativo legal", se les consideraba diputados "ausentes".

Según indicó en el Pleno el entonces presidente de la Cámara, el socialista Félix Pons, la mayoría absoluta se rebajó a los 167 diputados, que fueron justo los que logró González para superar la votación al primer intento.

Eso sí, el jefe del Gobierno prometió someterse a una cuestión de confianza en cuanto la Cámara estuviese al completo. Los cuatro diputados de Herri Batasuna no llegaron a volver a la Cámara y González mandó el resto de legislatura con 175 diputados.