Siete aerolíneas de bajo coste se encuentran bajo investigación por la Subdirección General de Inspección y Procedimiento Sancionador del Ministerio de Consumo. La cartera dirigida por Alberto Garzón se encuentra inspeccionando a estas empresas por "supuestas irregularidades en su política de equipajes de mano y asignación de asientos", según fuentes del propio Ministerio de Consumo.

Las prácticas que han causado la apertura de este proceso están relacionadas con el cobro adicional por servicios que, por norma general, son necesarios e imprescindibles para los pasajeros a la hora de viajar. Llevar una maleta en cabina sin facturar o seleccionar un asiento en concreto, incluso en el caso de menores de edad o personas dependientes, son algunos de los servicios que acarrean un suplemento a pesar de ser indispensables para los viajeros. 

Consumo, siguiendo la línea de sus nuevas competencias sancionadoras ante fraudes masivos, se encuentra investigando si esta clase de prácticas por parte de las aerolíneas de bajo coste se consideran abusivas o desleales, y si contravienen la normativa de esta cartera. 

La Subdirección General de Inspección y Procedimiento Sancionador también investiga si, al utilizar prácticas como la segmentación de precios (no mostrar el precio definitivo en primera instancia, sino dividirlo en partes más pequeñas con los suplementos mencionados para dar una sensación de ofrecer un servicio más barato), los operadores podrían estar obteniendo posiciones privilegiadas en los motores de búsqueda y comparadores de aerolíneas, al aparecer precios muy por debajo de los que termina pagando el viajero cuando se suman todos los apartados necesarios. Las compañías investigadas ostentan, en su conjunto, una cuota de mercado por encima del 30% tanto dentro como fuera de Europa, por lo que tienen incidencia en la contratación de millones de pasajeros.

De confirmarse estas infracciones, las aerolíneas responsables podrían ser sancionadas con multas de entre 10.000 y 100.000 euros, pudiendo sobrepasar estas cantidades hasta alcanzar entre cuatro y seis veces el beneficio ilícito obtenido o hasta el 4% de la facturación si se confirmasen como prácticas generalizadas en el seno de la Unión Europea, y no solo en sus operaciones en territorio español.

Aerolíneas low-cost que cobran el equipaje de mano

A pesar de que la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) sostiene que las compañías de vuelo no pueden cargar ningún coste adicional a sus pasajeros por el equipaje de mano, hay algunas que lo ignoran y ponen en marcha esta práctica igualmente. Es el caso de EasyJet, que deja llevar una pieza de equipaje de mano por persona a bordo de manera gratuita, pero cumpliendo unas medidas máximas: 45 x 36 x 20 centímetros, y un peso máximo de 15 kilos. En el caso de que el pasajero desee viajar con un equipaje de mayor tamaño, de hasta 56 x 45 x 25 centímetros, deberá abonar con esta compañía un mínimo de 7.99 euros.

Ryanair también se suma a esta práctica, con una política de equipajes todavía más restrictiva que la de EasyJet. Como mucho, la pieza pequeña de equipaje en cabina puede medir 40 x 20 x 25 centímetros y caber debajo del asiento. Viajar con dos equipajes de mano o con uno más grande de las medidas expuestas acarrea un coste adicional de, mínimo, 6 euros.

En la misma línea se encuentra Vueling, que permite un equipaje en cabina un poco más grande que el de Ryanair: 40 x 20 x 30 centímetros como máximo, también bajo el asiento. A su vez, también exige un extra para un equipaje de mano de hasta 10 kilos y 55 x 40 x 20 centímetros, con un coste mínimo de 30 euros más.